pamplona - El socialista Pedro Sánchez arranca el próximo martes la ronda formal de consultas para la investidura y, de momento, ya marca distancias con Unidas Podemos, el partido que reconoce, ha sido hasta la fecha su “socio preferente”, aunque ahora su intención es abrir “el abanico” a otras fuerzas políticas.

En el primer Consejo de Ministros después de que este jueves el rey propusiera a Sánchez para la investidura, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, aprovechó para apelar a la responsabilidad del PP y de Ciudadanos para que la investidura no dependa de los partidos independentistas.

Celaá señaló que tras las elecciones se ha abierto “una nueva etapa” en la que “se amplía el número de agentes políticos” de cara a la investidura, más allá de Unidas Podemos. “Ha sido el socio preferente pero ahora tenemos esta nueva etapa en la que también pedimos responsabilidad a las otras fuerzas políticas, porque de ellas depende que se obstaculice la investidura o que salga adelante”, destacó.

A su juicio, los españoles esperan que las políticas progresistas que el Gobierno quiere llevar a cabo sean complementadas con la formación de Pablo Iglesias pero también “y por qué no” con otras fuerzas políticas. No quiso, eso sí, adelantar si Pablo Iglesias formará parte del nuevo Gobierno, ya que se trata de una competencia exclusiva del presidente del Gobierno. El propio Iglesias se mostró convencido de que “más temprano o más tarde” habrá un Gobierno de coalición progresista en el que el PSOE y su partido estén representados de modo proporcional a los resultados electorales.

También el número tres del PSOE, José Luis Ábalos, aseguró que Unidas Podemos continúa siendo un “socio programático prioritario” para el PSOE pero señaló que es preciso tener “flexibilidad” para “encajar la pluralidad que existe en el Parlamento”. Una flexibilidad que los socialistas han pedido también a Cs, a quienes preguntó si “van a apostar por el bloqueo político” o si, en cambio, van a permitir que se forme un gobierno presidido por Sánchez “en la medida en que asumen y reivindican el papel de oposición”.

Ábalos denunció también la presión hacia los socialistas “en torno a exigir elecciones” e instó a los otros partidos a aceptar el resultado con el que “la apuesta por el PSOE en función de su acción de gobierno ha sido claramente ratificada”.

Aunque reconoció la “posibilidad” de que el bloqueo desemboque en unas nuevas elecciones, Ábalos se declaró “optimista” sobre la ronda de negociaciones con las otras fuerzas políticas porque, apostilló, “no nos queda otra”.

Desde el independentismo, el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont considera “bastante contradictorio” que Pedro Sánchez esté buscando apoyos para su investidura y al mismo tiempo “cierre la puerta” al jefe del Govern, Quim Torra, que le ha pedido una cita, dijo, dentro del marco constitucional. “A la primera propuesta de diálogo le cierra la puerta”, lamentó Puigdemont, quien criticó que el candidato a la Presidencia del Gobierno no haya intentado ponerse en contacto con él ni de manera directa ni indirecta para hablar de la investidura.

Más allá del papel que puedan jugar los independentistas en la investidura, las negociaciones para formar gobiernos en comunidades y ayuntamientos está complicando también la formación de una mayoría en el Congreso que haga a Sánchez presidente.

El PSOE se ha convertido en la fuerza política mayoritaria en comunidades como Canarias y es la formación que puede decantar el gobierno de Navarra hacia la derecha o la izquierda. Una decisión que, a su vez, puede tener influencia en la investidura de Pedro Sánchez, por el voto de dos partidos de implantación autonómica con representación en el Congreso: UPN y Coalición Canaria.

Al igual que hizo Sánchez el jueves, Isabel Celaá ha garantizado que el PSOE no pactará nada con Bildu en Navarra y ha preferido no responder de momento a la oferta de UPN de facilitar la investidura de Sánchez a cambio de apoyo para el Ejecutivo de la Comunidad Foral.

Con este escenario, el presidente en funciones y candidato a la investidura abrirá el próximo martes, 11 de junio, con el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, la ronda de contactos para recabar apoyos, y ese mismo día se reunirá con el presidente de Cs, Albert Rivera, y del PP, Pablo Casado.

Un día antes, Sánchez reunirá a la ejecutiva federal del PSOE para formalizar la comisión que coordinará las negociaciones con los distintos grupos parlamentos, con el objetivo de que haya un Gobierno “cuanto antes”. No obstante, el Ejecutivo calcula que el debate de investidura no podrá celebrarse hasta la primera quincena de julio, con lo que Sánchez tiene por delante un mes largo para aunar una mayoría suficiente para ser elegido presidente del Gobierno. - D.N.

Elecciones. El PSOE necesita para que Sánchez repita en la Moncloa 176 votos en la primera votación o más síes que noes en la segunda. De lo contrario se pondrá en marcha el reloj y habría dos meses para lograr el acuerdo y una segunda investidura, con el rey de nuevo proponiendo candidato antes de disolver Las Cortes y convocar elecciones 54 días más tarde.

Sánchez llama a Revilla. Pedro Sánchez llamó ayer al PRC de Miguel Ángel Revilla, al que prometió un documento que plasme las inversiones que exige el PRC para la investidura en el Gobierno.