Pamplona - Navarra terminó el último año con un remanente de tesorería positivo de 158 millones. Una cifra inferior a la del año anterior, que vino condicionado por el acuerdo del Convenio Económico, y que aporta estabilidad a la caja pública. El saldo positivo acaba así con las tensiones financieras de la Hacienda Foral, y ha permitido además no acometer préstamos a corto plazo en el inicio de año y adelantar la devolución anticipada de impuestos a las empresas, aportándoles liquidez para la inversión.

Es el segundo año consecutivo que Navarra cierra el ejercicio con la tesorería en positivo, algo que no ocurría desde el inicio de la crisis. El margen también ha permitido reducir el periodo medio de pago a los proveedores. En 2018 los 937 millones de euros en facturas fueron abonados, de media, a los 28 días. El indicador oficial a 31 de diciembre, que también tiene en cuenta las facturas pendientes de pago, rebaja la cifra a 23 días. Según la ley, la cifra debe estar por debajo de los 30. - I.F./A.V.