Bruselas - Todos los pronósticos vaticinan una aplastante victoria de los ultraconservadores hoy en las urnas en Polonia. Con cerca del 50% del voto proyectado en las encuestas, el partido Ley y Justicia (PiS) seguiría a los mandos del Gobierno polaco, esta vez con mayoría absoluta. Los buenos resultados económicos del país y la defensa a ultranza de las tradiciones han eclipsado la deriva autoritaria de un Ejecutivo en el punto de mira de la UE.

En cuatro años, Polonia ha visto mermado su Estado de Derecho, su libertad de prensa y su posición en la Unión Europea. Todo ello en una legislatura de bonanza económica comandada por el Gobierno del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), quien llega a estas nuevas elecciones con más respaldo de la población que nunca. Los sondeos pronostican que el PiS va a arrasar en las urnas con cerca del 48% de los votos, dejando pocas alternativas a una débil oposición.

Se podría abrir una oportunidad para los opositores si la alianza ultraconservadora no lograse finalmente su ansiada mayoría absoluta. Coalición Cívica, la alternativa conservadora liderada por Donald Tusk, actual presidente del Consejo Europeo, y Lewica, una alianza entre los tres principales partidos de izquierdas, podría formar una inédita coalición. “Si ambos tienen una oportunidad para desbancar del gobierno al partido de Jaroslaw Kaczynski juntos, se unirán”, explica Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano.

Los de Tusk han sido incapaces de remontar tras su derrota electoral en 2015 frente al PiS. Pese a haber ganado las elecciones de 2007 y 2011, acusaron la falta de liderazgo con la marcha del carismático político polaco al Consejo Europeo en 2014. Las anteriores elecciones también fueron un duro varapalo para la izquierda polaca, que se presentó dividida en dos bandos, ninguno de los cuales consiguió entrar en el Parlamento. Las encuestas sugieren que la nueva coalición de izquierdas, Lewica, podría ganar alrededor del 13% de los votos, lo que la convertiría en el tercer grupo más grande del Parlamento por detrás de Coalición Cívica, que obtendría 28%.

La oposición ha presentado estas elecciones como un referéndum para decidir si Polonia se reafirma como un Estado democrático gobernado por el Estado de Derecho o, por el contrario, continúa su viraje hacia un Estado autoritario. Todo parece indicar que Varsovia se deslizará hacia lo segundo este domingo, en un evidente proceso de ‘Orbanización’ del país que sigue de cerca la regresión democrática de Hungría.

Rural y tradicional Las zonas urbanas y occidentales de Polonia están predominadas por las posiciones liberales y pro-europeas de la Plataforma Cívica, mientras que en el este del país y en sus numerosas comunidades rurales, los ultraconservadores del PiS cuentan con el sólido respaldo de la mayoría de los votantes. “El PiS no arrasa en Varsovia o Cracovia, arrasa en el campo, con el aliciente de que Polonia es uno de los pocos Estados miembro de la UE que aún cuenta una población activa agrícola relativamente importante”, añade Molina.

El partido de Jaroslaw Kaczynski, quien a pesar de no contar con un cargo relevante sigue ejerciendo la figura de líder, tiene una agenda política profundamente conservadora y estrictamente nacionalista. Ha conseguido venderse como el verdadero defensor de los valores tradicionales de Polonia frente a una clase media urbana más liberal y europeísta, representada especialmente la Coalición Cívica de Tusk.