- El buen estado de las cuentas con el que Navarra cerró el ejercicio de 2019 está permitiendo que el Gobierno afronte, con algo más de tranquilidad, las exigencias económicas derivadas de la crisis del coronavirus.

El Ejecutivo cuenta desde el miércoles con la aprobación unánime del Parlamento para disponer de los primeros 51 millones de euros que servirán, sobre todo, para adquirir material sanitario, ampliar avales a empresas con problemas y extender las coberturas sociales de la Renta Garantizada.

Las inversiones se van a acometer con cargo al remanente de tesorería que Navarra tiene desde que la reforma fiscal y la buena marcha de la economía permitieron poner en orden las cuentas públicas. Un colchón económico del que dispone el Gobierno, y que amortiguará un poco mejor el golpe, que podría haber sido más duro en el caso de que las enmiendas que presentó Navarra Suma a la Ley de Presupuestos, y que saturaban con 285 millones el fondo de contingencia, hubiesen salido adelante en la reciente negociación presupuestaria.

Según explicó esta misma semana el vicepresidente del Gobierno foral, Javier Remírez, Navarra cuenta, a 13 de marzo de 2020, con 144 millones de euros de remanente de tesorería, una cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta que en verano se abonaron 73 millones para el grado de los empleados públicos.

Desde el comienzo de la crisis y según el servicio de Contabilidad del Ejecutivo, se han retirado 11 millones para otros gastos, y otros 100 están comprometidos desde hace tres semanas por el Gobierno para el fondo extraordinario de lucha contra el COVID-19, del que han salido esos 51 primeros millones que aprobó el Parlamento el miércoles.

Hasta ahí, la disposición de fondos estaría bajo control. Los inconvenientes se han acentuado desde que la oposición aprobó, la semana pasada, dos enmiendas para reforzar esos gastos extraordinarios con 30 millones para material sanitario y ayudas directas a autónomos y otros 25 que el Gobierno tiene que pensar en el plazo de un mes cómo poner a disposición de las entidades locales. El gasto imprevisto, superior a la mitad de lo que se había dispuesto, podrá afrontarse con lo que quede del remanente de tesorería y el margen de déficit del 0,2% que ha permitido el Gobierno de España y que, como ya confirmó la propia presidenta, María Chivite, se utilizará para financiar la emergencia.

Además, Navarra ya ha formalizado operaciones de crédito a corto plazo, con la idea de acaparar hasta 600 millones a interés bajo, una cifra superior a la habitual pero que se hace a través de un procedimiento habitual al que el Gobierno suele recurrir con normalidad para afrontar gastos comunes y amortizaciones de deuda.

Pese al buen estado de las cuentas, todo será necesario para paliar la bajada de recaudación con la que ya cuenta el departamento de Economía y Hacienda, que ya se prepara para la crisis económica que el Ejecutivo asume que se producirá cuando acabe la alerta sanitaria. Pero la situación podría ser peor si se hubieran atendido las propuestas que, desde la comodidad de la oposición, formuló hace no tanto Navarra Suma.

Parece que ha pasado un mundo, pero a finales de enero y principios de febrero, cuando se estaba negociando el Presupuesto de 2020, Navarra Suma puso encima de la mesa 537 enmiendas por valor de 285 millones que, en gran parte, se cargaban contra el fondo de contingencia, el fondo de emergencias que habría quedado en números rojos.

Hay que tener en cuenta, además, que la coalición de derechas aboga desde hace tiempo por una reforma fiscal nueva con impuestos más bajos, y que algunos cálculos de Hacienda estiman que provocaría una merma en los ingresos de 250 millones de euros con respecto a los últimos años.

Obviamente, son propuestas de un grupo en la oposición y que aspira a liderar un gobierno alternativo. Proponer gasto sin contrapartida real es una estrategia política habitual por parte del que tiene la seguridad de que sus medidas no saldrán adelante. Es una forma de hacer oposición, si se quiere más o menos discutible, pero en la que han caído antes o después todos los grupos. Pero, de alguna manera, las propuestas de hace dos meses lastran la fuerza del discurso actual de Navarra Suma, que exige al Gobierno una anticipación que hubiese sido imposible de haberse aprobado sus enmiendas.

144

millones de euros es lo que tiene el Gobierno de Navarra de remanente de tesorería, según un informe del Servicio de Contabilidad del que habló el vicepresidente Remírez en el pleno del miércoles.

130

Dos enmiendas de Navarra Suma y EH Bildu aprobadas contra el criterio del Gobierno añadieron 30 millones al fondo para la lucha contra el COVID-19. El Ejecutivo tendrá que presentar, en el plazo de un mes, una vía de financiación de 25 millones de euros para las entidades locales.

285

Millones al fondo de contingencia es lo que quiso cargar Navarra Suma a los Presupuestos para 2020 durante las negociaciones que se produjeron el pasado mes de febrero.