La tarde del jueves, la secretaria de Estado belga De Bleeker publicó un tuit con información confidencial en el que detallaba los precios de las vacunas negociadas entre la Comisión Europea y las empresas farmacéuticas. Aunque la política borró el tuit porque la información es todavía confidencial, el medio belga HLN dio a conocer el mensaje a través de una captura de pantalla. Las dosis van desde los 1,78 euros de Astrazeneca hasta los 14,7 euros de Moderna, pasando por los 12 euros de Pfizer-Biontech.

Esta última llegará al Viejo Continente la próxima semana, ya que la Agencia Europea del Medicamento espera aprobarla el 21 de diciembre. De obtener el visto bueno, los Estados miembro comenzarían a recibirla el 26 y algunos como España o Alemania comenzarán el 27 su campaña de vacunación.

Los eurodiputados siempre han pedido a la Comisión Europea más transparencia sobre sus negociaciones con las grandes farmacéuticas, pero Bruselas ha rechazado dar detalles sobre los contratos alegando las cláusulas de confidencialidad. Ante el incidente propiciado por la política belga, el Ejecutivo comunitario ha guardado silencio.

“No podemos decir nada sobre este caso, todo está cubierto por la confidencialidad, que es muy importante”, señaló el portavoz de la Comisión encargado de Salud Stefan de Keersmaecker. Este, tras la insistencia de los periodistas, aseguró que tras la opacidad “hay buenas razones” y va en línea con “el interés de la sociedad y de las negociaciones con otras compañías”. La publicación “debilita la posición de las negociaciones para conseguir acuerdos justos”, resumió.

Hasta la fecha, la Comisión Europea ha cerrado contratos con seis compañías para adquirir las vacunas: Astazeneca, Sanofi, Johnson & Johnson (a través de su filial Janssen), Biontech-Pfizer, Curevac y Moderna. Bruselas reveló esta semana, además, que ha concluido los contactos exploratorios con Novavax. Afirma que tendrá dosis garantizadas para toda la población comunitaria así como donaciones para los países más vulnerables, especialmente los ubicados en su vecindad, porque “nadie estará seguro hasta que todo el mundo lo esté”.

Mientras la UE negocia con las farmacéuticas, el aeropuerto de Bruselas-Zaventem se prepara, con una infraestructura especializada, para el desafío logístico de convertirse en la puerta de entrada y distribución para las primeras vacunas contra la covid-19.

A la espera de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dé su visto bueno al prototipo de la vacuna de Pfizer-Biontech el próximo lunes, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, aseguró en su cuenta de Twitter que “el 27, 28 y 29 de diciembre empezará la vacunación a través de la UE”.

Como firme candidata a convertirse en la primera vacuna que llegue a los europeos, la de Pfizer-Biontech se fabrica en la provincia belga de Amberes, concretamente en la localidad de Puurs, a unos 35 kilómetros de Zaventem.

“En los últimos diez años, el aeropuerto de Bruselas ha sido muy activo y especializado en la manipulación de vacunas, la del ébola es un ejemplo”, explicó en una entrevista el responsable de redes y productos de carga en Zaventem, Nathan de Valck, quien, en parte gracias a la fuerte industria farmacéutica del país, destaca la “reputación” del aeropuerto como “la puerta de entrada preferida para estos productos en Europa”.

Según explicó De Valck, uno de los retos para la infraestructura aeroportuaria es el de adaptar los requisitos de transporte y conservación a las características propias de las vacunas, para lo cual Zaventem ya cuenta con tres “tipos estándar” de almacenamiento: a temperatura ambiente (15-25ºC), en frío (2-8ºC) y por debajo de los 0ºC.

Pero para adecuarse a las particularidades de las posibles vacunas contra la covid-19, la sección de carga debió llevar a cabo “un seguimiento detallado junto con los productores”, destacó este responsable, quien asegura que, además de con Pfizer, mantienen contactos con una “gran lista” de farmacéuticas, entre ellas, Moderna, AstraZeneca, GSK-Sanofi, Johnson & Johnson o Novavax.