El Gobierno español comienza a romper el hielo en la negociación presupuestaria y ha mantenido una primera reunión con el PNV. Pedro Sánchez necesita aprobar estas Cuentas, decisivas para que la legislatura aguante hasta 2024 y para que se puedan gestionar los fondos europeos. El portavoz del grupo jeltzale en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, tuvo el lunes una primera toma de contacto sobre este asunto con una representación del Ejecutivo español, aprovechando el viaje en avión que realizó a Madrid a primera hora de la mañana para atender la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

En este encuentro, Esteban trasladó a Sánchez que debe actuar con lealtad cumpliendo los compromisos acordados. Esteban volvió a recordar por la mañana en Onda Vasca, antes de su viaje a Madrid, que el PNV espera que se cumpla el Estatuto de Gernika tal y como recoge su pacto de investidura, que las transferencias sigan llegando, y que haya diálogo sobre la gestión de los fondos europeos. Y avisó de que el retraso en la transferencia del Ingreso Mínimo Vital “clama al cielo”, aunque no vinculó ninguna de estas cuestiones de manera expresa a los Presupuestos y se manifestó en términos generales sobre los ejes que van a condicionar el apoyo del PNV en lo que queda de legislatura.

Fuentes de su grupo explican que el mensaje general que pide lealtad mutua sí se puede aplicar a la negociación presupuestaria. Esteban aseguró que su grupo actuará “como siempre, con lealtad”, porque tiene un acuerdo de investidura que aspira a que siga cumpliéndose y en el que figura el desarrollo del Estatuto de Gernika. “En la medida en que el Gobierno actúe con lealtad y haya fluidez en el diálogo, correspondencia y posibilidad de llegar a acuerdos, las cosas irán bien”, zanjó, para recordar después que Sánchez carece de mayoría absoluta. Los seis votos del PNV son necesarios. Sánchez parece decidido a amarrar a sus socios de investidura y descarta una maniobra con Cs. Con carácter previo, el Gobierno de coalición debe resolver las discrepancias entre PSOE y Unidas Podemos en materia de alquileres, aunque la subida del salaro mínimo puede ser balsámica.