pamplona - Dicen las crónicas locales que días antes de su inauguración (el 27 de octubre de 1943), unos 8.000 pamploneses se acercaron a lo que había sido el vertedero “el chirrión” para contemplar la nueva clínica de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios diseñada por el arquitecto Víctor Eusa para Pamplona.

Hasta el año 1972 fue también maternidad y en ella nacieron 30.000 bebés. En la década de los 80, la orden asumió la atención de los, “estigmatizados” entonces, enfermos de sida, creando una unidad especial que más tarde fue el germen de la Unidad de Cuidados Paliativos, pionera en el Estado y creada en 1992.

Cuando se inauguró el HSJD -recordó ayer la periodista Silvia Echavarren, responsable de comunicación- Pamplona tenía 58.000 habitantes; ciudadanía “que se retrataba en blanco y negro, se divertía en el café Kutz o en el Iruña, veía las últimas películas de Amparito Rivelles y Alfredo Mayo en el Olimpia”. En 1943, tiempo de posguerra y escasez -agregó Silvia Echavarren-, “se inauguró el kiosko de la plaza del Castillo, nació la revista Pregón, abrió la Casa del Libro de la Estafeta” y, “se discutía en la calle la ubicación de la estación del ferrocarril”. “El alcalde Antonio Archanco tuvo que soportar el plante de las peñas por un impuesto a los bailes cerrados (solo salió Oberena a la calle). Y, tratándose de fiestas, añadió, “el encierro se corría de traje, la música de moda era el Raska yu y Pamplona contó con una sonada feria con alternativa del navarro Julián Marín, quien el 7 de julio toreó con Manolete y Pepe Bienvenida”. En su relato habló de deporte. “Osasuna, a diferencia de la temporada anterior, les hizo sufrir”; la ciudadanía “seguía con gusto el ciclismo y los triunfos de Ignacio Orbaiceta y pasaba muchas tardes en el Euskal Jai con el mejor remontista de todos los tiempos: Jesús Abrego el Mago de Arroniz. Aquellos pamploneses leían tres periódicos “que contaron con lujo de detalle la inauguración de la clínica, que con su principal cometido inicial (cirugía y maternidad) pasó a ser la primera toma de contacto con el mundo para casi 30.000 niños navarros”. - L.C.H.