pamplona - El número de personas que han realizado aportaciones económicas a entidades sin ánimo de lucro que trabajan en el ámbito de los servicios sociales, cooperación al desarrollo o igualdad, a través del denominado Mecenazgo Social, ha aumentado un 189%, hasta un total de 67.820 donantes, con el nuevo modelo instaurado por el Gobierno cuatripartito. Este nuevo modelo sustituyó al del Sello Socialmente Comprometido implantado por UPN y reprobado por las propias entidades. Con el nuevo mecenazgo social también han aumentado tanto el número de entidades beneficiarias, 3,4 veces más, y la cuantía total de las aportaciones de la ciudadanía que en 2018 ascendieron a 16,3 millones de euros, cinco veces más que las del Sello Socialmente Comprometido.

El nuevo Mecenazgo Social fue aprobado en 2016 y entró en vigor en 2017 para incentivar, a través de ventajas fiscales para los donantes, las aportaciones económicas de la ciudadanía y las empresas a las entidades sin ánimo de lucro que trabajan en los citados ámbitos. De acuerdo con la información de la Hacienda Tributaria de Navarra facilitada ayer por el vicepresidente Laparra, en 2018 las donaciones ascendieron a 16.335.304 euros, lo que supone un 3% más que las realizadas al año anterior, primer año de la puesta en marcha del sistema, y multiplica por cinco las últimos donaciones deducibles del Sello Socialmente Comprometido, que en 2015 sumaron 3,3 millones de euros.

El 63% de las donaciones de 2018 fueron realizadas por personas físicas frente a un 37% hechas por empresas. Así, los particulares, la ciudadanía, han contribuido más que las empresas al desarrollo de las actividades de las entidades sociales.

de 23.477 a 67.820 contribuyentes El número de contribuyentes que han aportado sus donaciones a estas entidades sociales se ha elevado en 2018 hasta 67.820, lo que supone un crecimiento del 28% respecto del año anterior y del 189% respecto de 2015 (23.477 contribuyentes). También han aumentado de forma significativa las entidades beneficiarias de las donaciones, que eran 19 en 2015 y pasaron a ser 45 con el nuevo sistema en 2017, mientras que en 2018, eran 64 entidades sociales, 3,4 veces más.

Laparra destacó que también las cuantías medias que han donado todos estos contribuyentes en su conjunto han aumentado significativamente respecto del sistema anterior, alcanzando prácticamente los 300 euros en 2017, frente a los 141 de 2015, aunque en el último año, la cuantía media se ha reducido en 59 euros. Recordó que en 2017 se realizaron varias campañas animando a donar, por lo que consideró importante potenciar la implicación de la ciudadanía en esta próxima legislatura.

En términos fiscales estas donaciones han generado una deducción de 5,3 millones de euros en 2017 (los datos de 2018 se conocerán una vez finalizada la campaña de la renta actualmente abierta). El coste fiscal del Sello Socialmente Comprometido era de 0,58 millones, es decir, prácticamente una décima parte.

un 69% son micromecenazgo En la mayor parte de los casos, un 69% de los y las donantes, se aportan pequeñas donaciones inferiores a los 150 euros, lo que se denomina “micromecenazgo”, frente a tan solo el 2% de contribuyentes que realizan donaciones superiores a los 1.000 euros, subrayó el vicepresidente en funciones.

El “micromecenazgo” es lo que más ha aumentado en 2018: 9.468 donantes más, con un aumento del 26% en las cantidades donadas, hasta alcanzar los 3,6 millones. Por contra, las donaciones superiores a los 1.000 euros, aunque han aumentado en 109 contribuyentes, han aportado 1,7 millones menos llegando en 2018 a 6,7 millones, un 20% menos.

La mayoría de donantes dirigen su apoyo hacia entidades sociales que desarrollan programas en diversos ámbitos de los servicios sociales: el 44% de los donantes que suponen el 37% del importe. En segundo lugar, destaca la cooperación para el desarrollo, con un 25% de donantes, aunque prácticamente con el mismo importe que el anterior: 35,5%. Entre los ámbitos específicos de servicios sociales, destaca el de la discapacidad, con un 20% de los donantes, aunque con menor importe: un 11,5% del total.

En el año 2018, el incremento de las donaciones se ha producido de forma destacada en el ámbito de la cooperación al desarrollo, con más del doble de donantes respecto de 2017 y un aumento de un 68% de recaudación (2,4 millones más). También ha sido importante en el ámbito de la discapacidad, que han captado un 44% más de donantes y un 42% más de recursos. Las entidades genéricas de servicios sociales han aumentado un 4% los donantes, pero han visto reducidas significativamente las aportaciones totales en 2,6 millones (-30%).

deducciones fiscales: 80% y 35% Para las personas físicas, la deducción fiscal en su declaración del IRPF es del 80% para los 150 primeros euros donados a entidades sociales y del 35% a partir de esa cantidad. A nivel estatal, estas deducciones son del 75% y el 30%, respectivamente, y solo para donaciones efectuadas a entidades declaradas como de utilidad pública.

Por su parte, y tal y como indica el Gobierno de Navarra, en el Impuesto de Sociedades, los sujetos pasivos que han realizado donaciones a las entidades beneficiarias tienen los siguientes beneficios fiscales: para la determinación de la base imponible, los importes de las cantidades donadas tienen la consideración de partida deducible; y, además, tienen derecho a practicar una deducción de la cuota líquida del impuesto del 20%.

Si se comparan estos beneficios fiscales con los del extinto Sello se observan mayores incentivos para las pequeñas donaciones, el llamado “micromecenazgo”. Así, en el caso del Sello, las deducciones en el IRPF eran siempre del 40%, y ahora son de hasta el 80% en los primeros 150 euros.

entidades sin ánimo de lucro Estos incentivos fiscales del Mecenazgo Social se aplican a las donaciones que se efectúan a las entidades beneficiarias, que hayan obtenido por parte del Departamento de Derechos Sociales o del Instituto para la Igualdad el reconocimiento por recibir financiación pública para el desarrollo de servicios en el ámbito de los servicios sociales, la cooperación al desarrollo o la igualdad entre mujeres y hombres.

Deben ser entidades sin ánimo de lucro y estar constituidas como fundaciones, asociaciones declaradas de interés público, ONG inscritas en el registro del Ministerio o cooperativas de iniciativa social, así como las federaciones y asociaciones. Asimismo, tienen que haber realizado actividades en Navarra los últimos cuatro años, destinar al menos el 70% de las rentas e ingresos percibidos a fines de interés general, y cumplir las obligaciones de la Ley Foral de la Transparencia y del Gobierno Abierto.

Laparra destacó que el nuevo modelo introdujo una notable simplificación de los trámites administrativos y la eliminación de criterios discrecionales, tanto a la hora de exigir la primera documentación como para la renovación prevista cada año, ya que se trata de entidades sociales conocidas por las distintas unidades del Gobierno de Navarra y que colaboran habitualmente con diversos programas públicos. Esta simplificación ha posibilitado el aumento de entidades beneficiarias y por tanto, también de las deducciones fiscales aplicadas.