pamplona - La investigación llevada a cabo por la congregación de los hermanos Maristas en Pamplona ha sacado a la luz la existencia de manuscritos elaborados por el exdirector José Félix Arnáiz (fallecido en 2014) y una carta firmada por el superior de la Provincia Norte, ambos documentos fechados en agosto de 1968, en los que constan las conductas deshonestas llevadas a cabo con menores de manera explícita y reiterada con tratamientos de corrección que no dieron frutos por el hermano marista Braulio, que en noviembre de ese mismo año -1968- salió de la institución.

En los documentos -de los que Maristas dice que solo ha tenido constancia en este momento de que existían, a raíz de haber desempolvado archivos por la investigación impulsada para esclarecer los testimonios de denuncia recogidos por este periódico desde hace dos meses y que implican a cuatro hermanos de la congregación (Braulio, Pedro, Amigot y Julián)- se constatan como hechos las denuncias efectuadas por aquel entonces por al menos cuatro alumnos del colegio que afirmaban haber sido víctimas de abusos de Braulio y otros doce que declararon como testigos por lo mismo ante Arnáiz. Este recogió sus declaraciones en las que manifestaban haber observado la conducta pedófila de Braulio sobre otros compañeros. Además, la carta del superior fue enviada al superior general en Roma de los hermanos Maristas en las mismas fechas, en agosto de 1968, a los efectos de que se aceptara la llamada dispensa de los votos perpetuos del hermano Braulio, es decir, que en la práctica, dejara de pertenecer a la congregación. Según el colegio pamplonés, no obra en su poder o no ha sido hallado ningún documento previo firmado por el propio Braulio en el que solicitara tal dispensa de modo voluntario. Al parecer, se le pudo obligar a solicitar tal dispensar para agilizar la salida de la orden. Lo ahora conocido es una información completamente novedosa respecto a los avatares de este religioso, que, al parecer, a continuación siguió ejerciendo la docencia en su tierra natal, Burgos, después de haber salido en noviembre de 1968 del centro de Pamplona. Entre las misivas y la salida efectiva del colegio el hermano Braulio estuvo en enclaustración.

Hasta el momento, Maristas había dejado una sombra en el horizonte sobre la trayectoria de este hermano, que estuvo en Navarra entre 1963 y 1968 (cuando tenía entre 23 y 28 años), puesto que simplemente se había limitado a informar de que en 1968 había abandonado la institución sin explicar los motivos por los que se tomó tal decisión. El pasado lunes, el director del colegio pamplonés, Alberto Burguete, el máximo responsable de la Provincia Ibérica (agrupa 17 colegios de Madrid hacia el norte), Moisés Alonso, así como el responsable de Protección al Menor, José Larrea, se reunieron con el presidente de la Asociación de víctimas de abusos en centros religiosos de Navarra (denunciaabusosiglesia@gmail.com) así como con Iñaki, el tercer exalumno de Maristas que ofreció en estas páginas su testimonio contra Braulio. Iñaki, ahora de 63 años, fue uno de los niños que declaró ante el director Arnáiz haber sido víctima de aquellas conductas pedófilas. De hecho, aunque él solo recordaba haber sufrido tocamientos en el aula, en la denuncia que efectuó con diez años también relató otro episodio en el que el hermano marista se había comportado de igual manera con él en el cine.

El actual director del colegio de Pamplona, Alberto Burguete, mostró ayer su satisfacción por el encuentro mantenido con el exalumno Iñaki y el representante de la asociación e invita al resto de testimonios que ha ofrecido este periódico a acudir al colegio porque “queremos compartir información y dolor, colaborar, acompañar y pedir perdón de manera directa y a la cara”.

UNA DENUNCIA CONFIDENCIAL

A través del email del colegio. En el cauce activado por la congregación de los hermanos Maristas de Pamplona para recibir también información de posibles casos de exalumnos que hayan sufrido situaciones similares de abusos sexuales, el colegio informó ayer a través de su director Alberto Burguete que se había recibido una denuncia de manera confidencial por parte de una persona contra un docente que ejerció en el centro. En este sentido, y amparado en la privacidad del canal de comunicación habilitado a este efecto, no se ofrece más información ni del denunciado ni del denunciante ni los años de los que se habla.