pamplona - La tendencia global hacia la aglomeración en las grandes ciudades y el abandono del medio rural es una realidad presente en los cinco continentes, en el Estado -con el fenómeno conocido como España vaciada- y también en Navarra, donde la desigualdad demográfica es cada vez más patente entre los diferentes territorios. Así, la despoblación del medio rural ha afectado principalmente a la comarca del Pirineo, que en la última década ha experimentado un descenso de sus habitantes del 13,3%, y ahora amenaza también a otras cuatro comarcas navarras: Prepirineo, Montejurra, Zona Media y Sangüesa, donde el Gobierno foral tiene previsto actuar en los próximos meses para luchar contra el despoblamiento.

Así lo anunciaron ayer el consejero de Cohesión Territorial, Bernardo Ciriza; el director general del Observatorio de la Realidad Social, Luis Campos; y el director general de Administración Local y Despoblación, Jesús Mª Rodríguez, en la presentación del Diagnóstico de las desigualdades territoriales en Navarra: retos y propuestas, un informe elaborado por el Observatorio, que analiza las desigualdades territoriales, demográficas, laborales y sociales de las diferentes comarcas de Navarra. Asimismo, en el estudio se constata una tendencia al monocentrismo, es decir, a concentrar la mayoría de la población en un núcleo poblacional, que en este caso sería Pamplona y su comarca, que, según el estudio, en el año 2018 albergaban a más de la mitad de los habitantes de la comunidad (54,4%).

No obstante, el consejero Ciriza destacó que en términos generales no se puede hablar de un grave problema de despoblación porque ha aumentado el número de habitantes, aunque advirtió de que "existen zonas más vulnerables, donde se ha detectado ya un retroceso poblacional como son, por ejemplo, el Pirineo y las Améscoas". "Nuestra actuación en este sentido es fundamental y es preciso apostar por intervenciones tales como los proyectos de emprendimiento innovador para jóvenes, la creación de espacios de innovación rural o las Smart Villages, entre otras", apuntó.

desigualdades demográficas Navarra se estructura a partir de ciertos núcleos de población que ejercen como cabeceras de comarca, dando lugar a cierto policentrismo, aunque la tendencia de los últimos años hace que la Comunidad Foral se configure como un territorio con riesgos de monocentrismo. Así, las zonas rurales son las más perjudicadas y hay varias comarcas en serio riesgo de despoblación. La Unión Europea sitúa el riesgo de despoblamiento en una densidad de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado y las comarcas del Pirineo y Prepirineo están muy por debajo de dicho umbral, 4,1 y 7,7, respectivamente. Además, hay otras zonas amenazadas que se acercan a este umbral: Arga Valles (19,9), Sangüesa (14,3) y Larraun (18,8).

En relación al envejecimiento, las comarcas con peores datos coinciden en gran medida con las que tienen mayor grado de despoblación y menor densidad: Pirineo, Sangüesa y Ega Montejurra. En este sentido, es notable la pérdida del peso de la población soporte -aquella que sostiene la estructura social y económica de la zona donde vive-, especialmente en el Pirineo. En dicha comarca, la pirámide poblacional está invertida, es decir, la mayoría de su población tiene más de 50 años y hay muchas más personas por encima de los 70 que por debajo de los 30.

La inmigración es otro factor determinante y, en este caso, las comarcas de Ribera Alta y Ribera son las que mayor porcentaje de población nacida en el extranjero tienen, debido a ello, el fenómeno de la despoblación no les afecta de manera directa, ya que la población migrante está vinculada a tasas de natalidad más altas y a un rejuvenecimiento de la población.

desigualdades laborales En lo que respecta al empleo, la distinta especialización productiva de las comarcas explica las principales diferencias territoriales en el ámbito laboral. En la zona de la Ribera, con un fuerte desarrollo del sector primario, se concentran los niveles de paro más altos, con marcado carácter femenino. A los efectos de la crisis se suma la falta de desarrollo de otras actividades industriales y del sector servicios.

Como contrapunto, en zonas como la Sakana, en la que la industria manufacturera ha tenido tradicionalmente una presencia importante, el empleo ha vivido una recuperación muy importante en los últimos años. No obstante, se ha centrado casi exclusivamente en el sector industrial.

En relación con el ámbito laboral también están las diferencias en desarrollo y competitividad, para los que el acceso a internet es fundamental, así como para fijar a la población en un territorio. No obstante, en zonas del norte de Navarra la cobertura de la mayoría de redes fijas es inferior a 30 megabytes por segundo. En concreto, en el Pirineo ninguna red supera esta velocidad, en la comarca del Bidasoa solo el 31,2%, en Larraun el 37,3%, en Prepirineo el 39,7% y en Valdizarbe el 40,9%. El resto de zonas supera ampliamente el 50% de redes superiores a 30 MB por segundo.

desigualdades sociales En relación a las desigualdades sociales, cabe destacar que los mayores niveles de pobreza y paro y las rentas medias bajas se concentran con mayor intensidad en comarcas como la Ribera, Ribera Estellesa y Ribera Alta. Además, existe una desigual demanda territorial de los sistemas de protección social y por desempleo (servicios y prestaciones). Se aprecia así una mayor vulnerabilidad social en aquellas comarcas en las que se concentran fenómenos globalizados (feminización de la pobreza, envejecimiento de la población, población migrante, etc). Por ejemplo, aquellas comarcas en las que se acentúan los procesos de envejecimiento (Pirineo, Prepirineo, Sangüesa?) muestran una mayor presencia de personas con dependencia reconocida que, en términos sociales, significa una concentración de demandas de determinados servicios y prestaciones. De la misma manera que el desempleo y las rentas bajas en los territorios de la Ribera hace que sean las zonas con mayor porcentaje de perceptores de Renta Garantizada.