na pesadilla. Atrapados en un laberinto de los que no tienen salida y donde cualquier puerta conduce a otro muro, en una locura de bucrocracia y miedo por el coronavirus.

Así se siente el matrimonio formado por Elena Azagra, maestra jubilada natural de Cintruénigo, y Gonzalo Onco, profesor del colegio público Otero Navascués de Cintruénigo. En su relato, Elena repite la palabra "horror", "locura", "increíble", pero no es para menos. Su ánimo es fuerte pese a vivir una situación que a muchos habría desesperado hace tiempo. "Solo pedimos ayuda para poder salir de aquí y volver a España. Igual que otros 800 españoles que hay aquí". Ni la embajada, ni las líneas aéreas hacen nada por ellos ni les dan soluciones, "estén atentos a las redes", es toda la respuesta que reciben. Casi no hace falta preguntar, Elena, de tanto contarla, narra su historia con todo lujo de detalles sin interrupciones.

Gonzalo y Elena viajaron hace un año a la ciudad de Clermont, en el estado de Orlando en EEUU, después de haber obtenido él la plaza para un año de profesor dentro del programa de profesores visitantes en el extranjero. "Perfeccionas el idioma y conoces otro país. Mucha gente se presenta y él pasó la entrevista". Gonzalo nació en Argentina aunque su padre es de Sos del Rey Católico, por lo que tiene también la nacionalidad española. "Estando relativamente cerca decidimos viajar a Argentina para que viera a sus padres, ya que no los veía hacía 10 años", explica Elena. Ahí comenzó su pesadilla.

El 10 de marzo llegaron a Buenos Aires y decidieron visitar Bariloche, un lugar muy turístico de Argentina, a donde llegaron el día 11, cuando el pánico mundial se había comenzado a extender. "Llegamos al hotel y nos dijeron que al venir de España tendríamos que pasar 14 días sin salir de la habitación y no tenían servicio de comidas".

Dado el precio del hotel decidieron cambiarse y lograron encontrar un apartamento y pudieron comprar comida para pasar los 14 días encerrados en el piso. "Pasamos de ser unas personas normales el 11 a ser unos apestados el día 12, si salías a comprar llamaban a la Policía". Tras salir de la cuarentena fueron al aeropuerto para volver a Buenos Aires, pero la policía les detuvo, les hizo un control médico y los trasladó a la comisaría. Con la ayuda de un hombre lograron llegar a la estación de autobuses, "cogimos un número y tras esperar todo un día teníamos un autobús a las 15.30. Pero al llegar esa hora se fueron todos los autobuses y el propietario no quiso poner un autobús para 28 que quedamos. De nuevo tuvimos que esperar otro día y salimos al día siguiente. El viaje era de 24 horas en autobús y cada 30 minutos te paraban y subía alguien a tomarte la temperatura". Finalmente llegaron a Buenos Aires donde pasaron un nuevo examen médico y les dieron permiso para ir a la ciudad, "menos mal que estábamos en la casa de su hermana. No había ni un solo hotel abierto. No sé qué hubiéramos hecho".

En todo ese tiempo, siempre su intención era volver a Orlando, ya que el vuelo de vuelta que tenían el día 24 de marzo lo retrasaron, primero al 29 y después para el 5 de abril. Pero el 3 de abril les comunicaron que quedaba cancelado hasta nueva orden, que igual ya no habría hasta junio, pero que, a su vez, Argentina cancelaba los vuelos hasta septiembre. "Empezamos a volvernos locos, porque Gonzalo tenía trabajo hasta el 30 de mayo en Orlando y estábamos pagando el piso que era 1.200 dólares al mes y que seguimos pagando nos penalizaron por romper el contrato. Teníamos allí todo el equipaje, un coche, todo lo de un año", explica Elena. Pese a sus gestiones, la embajada norteamericana se desentendió pronto de ellos y al ver el vuelo cancelado optaron por dirigirse a la embajada española y pensar en volver directamente a España.

"Estamos al menos 800 españoles en estas condiciones y no hacen más que decirnos, 'ya no se apuntan más'. Llamamos todos los días y todos los días nos dicen lo mismo: 'miren en la cuenta de Twitter, porque ya no apuntamos'. No sé si es que se desentienden. Iberia nos dice que cuando la embajada nos dé permiso y la embajada que Iberia tiene que preparar vuelos, Aerolíneas Argentinas que él solo coge a los suyos. Una locura", repite Elena.

Mientras en Argentina la situación va empeorando por momentos, "el 10 de marzo por un dólar te daban 70 pesos, ahora 120 pesos". En Clermont han tenido la ayuda inestimable de sus amigos y vecinos que se han encargado de recoger todas sus pertenencias de casa y cerrar sus papeleos. "Veníamos tan contentos a visitar a su familia, hacia 10 años que no los veía. En este tiempo no ha visto a sus padres y ha estado en cuarentena. Sus padres son mayores y tiene miedo de contagiarlos. Aquí estamos esperando volver y solo esperamos que nos ayuden a hacerlo". No en vano, Gonzalo ha de elegir en junio su plaza de profesor y "si coge plaza en junio y en septiembre no se presenta lo pueden echar de las listas".