- La dueña de la casa Catalingarde de Isaba y presidenta de la Federación de Casas Rurales de Navarra, María Ángeles Ezquer, explicó que en lo que se refiere a junio se han cancelado todas las reservas. “Había carreras y diferentes actividades” que debido a la crisis de covid ya no se pueden celebrar. Sobre las previsiones de ocupación, Ezquer sostuvo que el verano será “flojo”, y añadió que cree que “la gente hasta la última hora no va a reservar ya que estará con la mosca detrás de la oreja”. Además, manifestó que espera que en agosto esté “como otros años, lleno”. Sobre julio manifestó que le gustaría que la gente se moviera “más que estos años atrás, porque han sido bastante flojos, y tal y como están las cosas, espero que este año, al no haber podido salir antes, la gente se anime”.

- Aunque ha tenido varias cancelaciones, Valen Ormazabal, de la casa rural San Pedroko Bidea de Altsasu, se mostró esperanzada de cara al verano y confesó que espera que a finales de junio “cuando se pueda venir de otras comunidades, creo que va a haber más movimiento”. Por otro lado, subrayó que tiene “clarísimo” que el sector rural es “el que más va a trabajar”. Es el “más seguro para todo el mundo y ahora todos estamos buscando estar en contacto con la naturaleza, el poder salir a la calle, y el poder respirar”.

En cuanto a los cambios para adaptarse a la situación expresó que la decoración “la hemos tenido que cambiar y es todo más frío. Tienes que recibir al cliente con mascarilla o guardando la distancia de seguridad. No es el trato más cercano que se suele dar en el turismo rural”.