pesar de que las fronteras marquen dónde termina un país y empieza otro, si no fuera por el peaje y los carteles en un idioma ajeno podríamos incluso no darnos cuenta de a qué lado de la muga nos encontramos. Esta sensación es una constante en la zona transfronteriza en la que se encuentran Urdax y Zugarramurdi, y más concretamente en las Ventas de Dantxarinea, una zona comercial que cuenta con cerca de un 93% de clientela francesa que cruza al país vecino a hacer turismo o la compra -el principal reclamo son el alcohol y el tabaco, ya que son más baratos en el Estado español-.

Los parkings de las zonas comerciales, que normalmente están abarrotados, se vieron sin un solo coche y las estaciones de servicio y los supermercados que en su día a día albergan largas colas permanecieron desangelados a lo largo de tres meses y una semana, mientras duró el estadio más crítico de la pandemia de la covid-19, hasta que el pasado 22 de junio se reabrió la frontera con Francia que volvió a llenar de aire los pulmones de la zona de Urdax que recibe al año cerca de 3,5 millones de franceses al año, una cifra a la que este año el alcalde del municipio navarro, Iñaki Aristia, no espera acercarse.

Y es que, a pesar de que la zona de Urdax y Zugarramurdi solo albergue a cerca de 550 habitantes, las ventas de Dantxarinea están diseñadas para acoger a una demanda muchísimo más amplia. Así, en esta zona comercial trabajan 500 personas "de 50 kilómetros a la redonda, siendo un 30% población francesa", cifra que asciende hasta las 600 personas en temporada alta, según detalló el presidente de la Asociación de las Ventas de Dantxarinea, Txomin Iribarren.

Frente a las más de 2.000 comidas que pueden llegar a servirse "cualquier sábado o domingo", las ventas se vieron desiertas al perder a la clientela francesa durante tres meses, algo que obligó a echar el cierre a la mayoría de estos establecimientos. De hecho, Iribarren admitió no querer "ni siquiera pensar qué pasaría si vuelven a cerrar la frontera. Tres meses ya han sido hiper duros como para repetir la situación", aseguró.

Sin embargo, tanto Aristia como Iribarren se mostraron contentos ante la acogida del turismo francés las últimas semanas, algo que ha dado un hálito de esperanza a los trabajadores de la zona. "Tenemos una clientela fiel que no ha dejado de venir. Desde que se abrió la frontera hemos recuperado unas cifras que tan solo están un 10% por debajo de la facturación a estas alturas del año en una situación normal", detalló Iribarren.

Por su parte, el alcalde de Urdax espera también que la posibilidad del cierre de la frontera "sea solo eso, una idea". Aristia comentó que volver a perder la clientela francesa supondría "un desbarajuste tremendo", y es que la intención de los comercios de la zona afectada es "recuperar en verano, en la medida de lo posible, lo perdido durante los meses de confinamiento que ya se cobró la Semana Santa, que supone una de las épocas de mayor facturación para nosotros", apuntó. De esta manera, el alcalde de Urdax apuntó a unas pérdidas que pueden alcanzar el 30% de los ingresos anuales en algunos negocios.

En cuanto a las "sensaciones generales", la población de la zona transfronteriza se encuentra de momento sumida en "un clima de tranquilidad" respecto a los nuevos rebrotes de covid-19 en la Comunidad Foral, siempre "sin perder de vista que la seguridad de nuestros vecinos es lo primero", y es que la zona de Urdax se ha mantenido a lo largo de la pandemia libre de positivos por coronavirus.

Restricciones por los rebrotes. El presidente francés, Emmanuel Macron, examinará hoy con su Consejo de Defensa la posibilidad de cerrar fronteras para protegerse de la propagación del coronavirus, según anunció el Gobierno, que no aclaró si la medida podría afectar al Estado español. Después de varios días en los que se ha hablado sobre posibles restricciones eventuales al paso de la frontera por los brotes declarados principalmente en Catalunya, el portavoz del Ejecutivo, Gabriel Attal, reconoció en declaraciones al término del Consejo de Ministro que todas las hipótesis están abiertas. "No descartamos nada en principio. Observamos la situación tal como es. Analizamos todas las medidas que se pueden tomar para proteger la seguridad sanitaria", dijo Attal.