Navarra está sufriendo los embates de la infernal ola de calor que afecta a casi todo el país y que tendrá su punto más álgido entre el jueves, cuando se podrían rozar los 40 grados de día con noches tropicales en algunas zonas de la Comunidad Foral, para bajar el mercurio el viernes por el viento, por un fenómeno que también ha disparado el riesgo de incendio y los índices de radiación ultravioleta.

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Ante eventuales olas de calor como esta, los expertos del grupo de investigación SAVIArquitectura de la Universidad de Navarra han indicado que "existen algunas medidas de aplicación sencilla que pueden ayudar a mantener el interior de las casas a una temperatura lo más baja posible".

"Por ejemplo: no ventilar la casa cuando la temperatura en el exterior es elevada y proteger las ventanas con sistemas de sombreamiento. Muchas personas, por la idea de que ventilar es siempre positivo, mantienen puertas y ventanas abiertas en horas inadecuadas. Lo óptimo es hacerlo durante la noche, cuando la temperatura suele bajar en áreas como la de Pamplona", explica en una nota la investigadora y profesora de la Escuela de Arquitectura Aurora Monge.

Asimismo, la investigadora principal del grupo, Ana Sánchez-Ostiz, subraya que "lo ideal es aislar la casa para mejorar su comportamiento durante todo el año": "Teniendo en cuenta que la respuesta ante el calor no puede ser la misma que ante el frío. Eso sería como si al igual que te pones un abrigo en invierno, te pusieras el mismo en verano cuando suben las temperaturas", indica.

En este sentido, ha apelado a tener en cuenta esas necesidades de adaptación de las casas para un contexto de altas temperaturas, también en regiones como Navarra. "De ese modo, cuando se recurra a los sistemas de climatización -porque no siempre las medidas pasivas resultan suficientes-, la vivienda estará optimizada para usar la mínima energía posible y solo cuando sea necesario".

A este respecto la directora del Máster en Diseño y Gestión Ambiental de Edificios aclara que "para zonas como Pamplona, con veranos normalmente frescos, vemos interesante que el Código Técnico de la Edificación incluya métricas para justificar que los edificios nuevos pueden funcionar sin aire acondicionado en condiciones típicas de verano y en eventos de olas de calor, sin superar determinados umbrales de sobrecalentamiento y sin poner en riesgo la salud, como ya hace, por ejemplo, la normativa inglesa".

Entre los mecanismos pasivos de la construcción de la vivienda, los expertos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra destacan el diseño teniendo en cuenta las orientaciones -lo óptimo es la orientación norte-sur-; el uso de protecciones solares -desde la colocación y utilización adecuada de sistemas de sombreamiento como persianas, venecianas, toldos o arbolado hasta los vidrios con filtro solar-; la baja absortividad solar de los materiales de revestimiento -como el uso de colores claros en fachadas y cubiertas-; recurrir a la ventilación natural refrescante cuando bajan las temperaturas -viviendas con doble orientación facilitan esa ventilación cruzada-; o el uso de soluciones constructivas adaptadas, como las fachadas ventiladas, las cubiertas ventiladas, ajardinadas, etc.

"Si es necesario invertir en sistemas de aire acondicionado es conveniente que estos sean los más eficientes posibles en términos de energía y emisiones, ya que está previsto que las temperaturas suban en todo el planeta y aumente la frecuencia, duración y severidad de las olas de calor, tal y como alerta el último informe del IPCC publicado esta semana", añade la profesora Monge, .

Sobre este aspecto, el grupo de investigación SAVIArquitectura lidera, junto con las universidades de Sevilla y Alicante, el proyecto 'Climate Ready', que requiere de participación ciudadana y cuyo objetivo es estudiar y ofrecer soluciones al sobrecalentamiento, como uno de los principales impactos del cambio climático en las ciudades. "Se trata de estar lo más preparados posible para que ese incremento de la temperatura no sólo no afecte al confort en nuestros hogares sino que, sobre todo, no cause la morbi-mortalidad que sabemos que está asociada a las altas temperaturas y que incide, especialmente, en los colectivos más vulnerables. Estos son los niños pequeños y las personas mayores, gente con movilidad reducida y con patologías previas, con especial atención a la gente mayor que vive sola", explica la experta.