En plena época de exámenes, los alumnos y alumnas del Centro Integrado Burlada de Formación Profesional dejaron por un día al margen los libros para dedicarse a algo mucho más importante, la celebración del Día internacional para la erradicación de la violencia machista. Una lección que escribieron en morado y que aprendieron mediante películas, debates, murales y también enfrentándose a la dura realidad: leyeron los nombres de las 40 mujeres asesinadas este año, una lacra que se intenta erradicar desde la educación.

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Día internacional para la erradicación de la violencia machista

La directora del centro, Alicia Oria Iriarte, remarcó la importancia de realizar estas actividades tanto en el 8-M como en el 25-N. “Estas jornadas sirven para parar, ponerse las gafas moradas y analizar lo que pasa tanto en clase como fuera de ella. Trabajamos con edades en las que los mitos del amor romántico siguen muy presentes y lo importante es que aprendan la igualdad, el buen trato y el respeto a la otra persona”, explicó.

Pese a que ha habido avances en los últimos años, los micromachismos siguen presentes dentro del aula. “Por ejemplo, hay clases en las que están veinte chicas y dos chicos y en las que tienen más voz ellos. Pero también las mujeres se están empoderando y son cada vez más conscientes. Es un aprendizaje para todos y todas y veo que hay cambios y que debemos ser positivos”, expresó Alicia Oria.

El CI Burlada, que tiene 732 alumnos de FP, fue uno de los 16 centros piloto en la implantación del programa Skolae. Desde aquel curso (2017/2018), el profesorado se ha ido formando anualmente en coeducación. “Llevamos ya bastante tiempo insistiendo en el lenguaje inclusivo y en la formación del profesorado. A veces, dentro del equipo nos desanimábamos un poco por todo lo que costaba ver algún cambio, pero poco a poco se van notando los resultados y debemos seguir trabajando en esta línea”.

En la actualidad, el centro cuenta con un grupo impulsor de coeducación formado por 4 profesores y profesoras y un grupo de alumnado (en torno a 20) que se encargaron de la organización de esta jornada, con muy diversas actividades de concienciación.

Se proyectó la película Te doy mis ojos con un posterior debate, se escribieron relatos sobre violencia machista (reales o ficticios), se elaboró cartelería para colgarla por las paredes del centro y se leyeron los nombres de las 40 mujeres asesinadas este año, representadas en un muro y un impresionante cementerio.

Toda la jornada se desarrolló con música de fondo de temática feminista con canciones como La puerta violeta de Rozalén, Salir corriendo de Amaral, Malo, de Bebe, Sobreviviré, de Gloria Gaynor, A ningún hombre, de Rosalía, Abre tu mente, de Merche, No soy esa mujer, de Paulina Rubio o Pantera en libertad, de Mónica Naranjo.

Una de las actividades que más debate generó fue el termómetro, en la que los alumnos tenían que posicionarse a favor, en contra o en duda ante diferentes afirmaciones como: la violencia hacia la mujer solo es física, los celos simbolizan amor, guapa es un piropo, si tu pareja te controla el móvil es porque te quiere o, ni feminismo ni machismo, igualdad. Esta última premisa generó grandes discrepancias, un claro ejemplo de que todavía queda mucho trabajo morado por delante y que las aulas serán un espacio clave en este proceso de concienciación.

Desde el Comando Skolae de alumnos por la Igualdad, Iván Milkov y Marta se mostraron muy satisfechos con la organización de la jornada. “Hay que tomar conciencia de las consecuencias del machismo y que la gente rectifique. No tenemos horas de tutoría y necesitamos que se traten estos temas y que nos formemos también en ética”, remarcó Milkov.

El coordinador de la coeducación del centro, Eneko Madinagaitia, señaló que “es importante visibilizar toda la violencia para que no se normalice”. Por su parte, la profesora Rebeca López quiso dejar un mensaje muy claro. “A las mujeres nos están matando y nuestro alumnado tiene que saberlo, reconocer la violencia y tener armas para luchar contra ella”, concluyó.