HELVETIA ANAITASUNA 29
BATHCO BM TORRELAVEGA 33
Helvetia Anaitasuna Marcos Cancio (portero), Ganuza (3), Alonso Moreno (3,1p), Samu Pereiro (3), Aitor García (5), Xavi González (1p) y Pablo Itoiz (2) –siete inicial–. También jugaron Dani Santamaría (portero), Kisselev (1), Pablo Castro (1), Aitor Albizu (5), Zungri, Elustondo (4) y Redondo (1p).
Bathco BM Torrelavega Leo Tercariol (portero), Rubiño (2), Javier Muñoz (6,2p), Juanjo Fernández, Prokop (4), Jokin Aja (2) y Berrio –siete inicial–. También jugaron Carlos Calle (portero), Lombilla (2), Colunga (4), Linhares (5), Carlos Gómez, Ángel Fernández (3), Gándara (2), Isi Martínez (1) y Cangiani (1).
Marcador cada cinco minutos 1-2, 6-5, 8-5, 12-9, 14-13, 17-16 (descanso); 18-18, 20-23, 24-26, 25-28 y 29-33 (final).
Árbitros Jordi Ausás Busquets y Miquel Florenza Virgili (Catalunya). Excluyeron por los locales a Aitor García (2), Kisselev y Pablo Castro; y por los visitantes a Isi Martínez, Juanjo Fernández y Linhares.
Pabellón Anaitasuna. Unos 650 espectadores. Antes del partido se guardó un minuto de silencio por los fallecimientos de la madre de Javier Angulo, preparador físico y nutricionista, y de la abuela del jugador Alonso Moreno.
No levanta cabeza. El Helvetia Anaitasuna cerró este miércoles la primera vuelta en casa –aún le queda por jugar el domingo en Cangas– con una nueva derrota. La tercera consecutiva. Otra más que duele. Porque los navarros despliegan argumentos sobre la pista, son capaces de jugar cara a cara con los de arriba, pero la historia termina con idéntico final. Esta vez cayeron ante el Bathco BM Torrelavega por 29-33 y terminan la jornada en promoción de descenso. Los cántabros, por contra, celebraron su clasificación para la Copa de España.
No era fácil para el Helvetia permear una defensa en la que Juanjo Fernández aportaba el poso y la experiencia, Jokin Aja su 2,07 m de altura y Prokop su calidad. Y aun así el equipo navarro, con paciencia, lo lograba. En un encuentro con marcado dominio defensivo inicial, porque los locales también se esmeraban, y mucho, el marcador fue a la par hasta que Samu Pereiro puso por primera vez por delante a Anaitasuna a los ocho minutos (5-4). Robando, subiendo y apoyándose en Ganuza para luego definir a la perfección.
A partir de ahí llegarían los mejores minutos verdiblancos. Tras una parada de Cancio, la única que registró en la primera parte –más tarde sería sustituido por Santamaría–, Albizu contragolpeaba para poner el 8-5. Jacobo Cuétara paraba el partido y no sería la única vez. Apoyándose en una buena defensa, los de Quique Domínguez eran eficaces en el ataque. Tras la exclusión de Isi Martínez, Aitor García ponía la máxima renta hasta entonces (11-7, m.16), lo que obligaba al técnico del Torrelavega a parar de nuevo el tiempo.
Los cántabros reaccionaron. Aprovecharon la segunda exclusión del capitán navarro, el acierto de cara a la portería de Prokop con sus trallazos y de Javi Muñoz desde los siete metros, y se sustentaron en un 5/1 defensivo para empatar el duelo (13-13, m.24). Fue Quique Domínguez quien detuvo el crono entonces. Elustondo, con sus goles, mantuvo el pulso a un Torrelavega que había despertado e Itoiz permitió que, al descanso, la ventaja fuese de 17-16.
El partido se reanudó con un significativo cambio en la banda cántabra. Sustancial. Carlos Calle suplió bajo los palos a Leo Tercariol. Y fue clave.
Un doblete de Prokop puso por delante a los tres minutos a los visitantes, que en estos primeros minutos tiraron de nuevo de la defensa 5/1, con Colunga de avanzado. El portero madrileño comenzaba su recital –firmó 9 paradas, un 42,86%–, impidiendo a Martín Ganuza anotar desde el extremo.
La exclusión de Oleg Kisselev posibilitó que el Torrelavega empezara a marcar diferencias. De hecho, el 19-22 de Lombilla (m.38) hacía que Quique Domínguez pidiese tiempo muerto para recomponer la situación. Sin embargo, las diferencias apenas se movían, con un conjunto cántabro que apenas fallaba de cara a portería, que tenía a Guilherme Linhares –entre otros– enchufado y con un Helvetia que trataba de defenderse con los argumentos que podía.
Pero la sombra de Carlos Calle era demasiado alargada y el partido enfilaba los diez últimos minutos con una ventaja complicada de voltear, con un 25-29. Ni siquiera los dos minutos a Juanjo Fernández permitieron a los de Quique Domínguez reducir la brecha, aunque no dejaron de intentarlo. El técnico gallego pedía tiempo muerto a falta de cinco minutos con el 26-30 en el marcador, pero sin demasiado éxito. Ángel Fernández, desde el extremo, ponía la máxima diferencia en los instantes finales (27-32), que al final se convertiría en un 29-33. Una nueva derrota.