HELVETIA ANAITASUNA 27
IMPULSE BM GUADALAJARA 29
Helvetia Anaitasuna (12+15) Marcos Cancio (portero), Ganuza (2), Alonso Moreno (1), Samu Pereiro (2), Aitor García (2), Mikel Redondo (1) y Marco Moreno (2) –siete inicial–. También jugaron Xavi González (5, 3p), Pablo Itoiz (1), Aitor Albizu (5), Oleg Kisselev (1), Pablo Castro, Elustondo (1) y Zungri (4).
Impulse BM Guadalajara (13+16) Forns (portero), Poveda (4), Haitz (2), José Luis Román (1), Llorens, Simón (2) y Sladkowski (5) –cinco inicial–. También jugaron Nico García (portero), Lombardi (1), Falcón (6, 4p), Mielczarski (4), Alberto Serradilla (3) y Juan Antonio Jodar.
Marcador cada cinco minutos 1-1, 4-3, 6-6, 9-8, 10-10, 12-13 (descanso); 14-16, 19-17, 21-21, 24-24, 25-26 y 27-29 (final).
Árbitros Roland Sánchez Bordetas y Josep Millán Cazorla (Catalunya). Excluyeron a los locales Aitor García (2) y Alonso Moreno; y a los visitantes Haitz, Llorens y Falcón.
Pabellón Anaitasuna. Unos 1.000 espectadores. Antes del partido se homenajeó a los 48 jugadores y 4 técnicos de la cantera que participaron en el CESA de Catalunya. Presenció el encuentro desde el palco el presidente de la Liga Plenitude Asobal, Servando Revuelta.
El Helvetia Anaitasuna perdió este domingo una oportunidad de oro para dar un golpe sobre la mesa y empezar a respirar con cierta serenidad en la Liga. Lejos de ello, se metió en más problemas al perder en casa por 27-29 ante el Impulse BM Guadalajara, un rival directo en la lucha por la permanencia, contra el que cometió excesivos fallos, no demostró su potencial y tampoco exhibió el ritmo al que tiene acostumbrado al espectador. Más bien, jugó al que imponía el propio rival, que volvió a ganarle la partida esta temporada y le aventaja ya en el golaverage particular. Los navarros se complican la vida con este resultado y ocupan ya uno de los dos puestos directos de descenso.
Anaitasuna se enfrentaba a un equipo con sus mismas urgencias y que se plantaba en Pamplona tras una fundamental victoria ante el Benidorm. Arropado por una veintena de aficionados, Guadalajara sabía que no debía tener prisa e intentar marcar el compás ante un oponente que se muestra cómodo en las transiciones rápidas.
La igualdad fue máxima en los primeros diez minutos y ya para entonces se vio que las porterías iban a tener un peso determinante. Las dos. Tanto Cancio para Anaitasuna –llegó a detener un 7 metros a Haitz– como Gerard Forns en la alcarreña.
Zungri, al que cada vez se le ve más suelto en ataque, puso una ventaja de dos goles mediada la primera parte (8-6, m.16), distancia que se encargó de ampliar Aitor Albizu poco después –entrando con el alma en la defensa rival– hasta poner el 9-6 (m.18).
Pero Juan Carlos Requena mantuvo la calma, pidió tiempo muerto, y apoyado en su defensa y en un Forns al que casi se le hace internacional, supo igualar gracias a un 0/3 de parcial. No lo veía nada claro Quique Domínguez desde su banquillo, así que en esta ocasión paró él el tiempo para tratar de dar soluciones. Pero no era el día de Anaitasuna. Aitor García veía su primera exclusión, Kisselev la picaba demasiado y Forns seguía con su recital. Guadalajara llevaba a los navarros a su terreno y, con una mayor precisión ofensiva, se iba 12-13 al descanso.
El polaco Piotr Mielczarski empezó a dar alegrías a su equipo en la reanudación en forma de goles. Anaitasuna continuaba incómodo, errático, frustrado ante un Forns que acabaría por desbaratar hasta un fly de Albizu, uno de los más atinados en ataque.
Xavi González, desde los 7 metros, mantenía con cierto hilo de vida al Helvetia, que llegó a protagonizar un 3/0 de parcial para adelantarse en el marcador (18-17, m.38). Pero Guadalajara, bien dirigido por Poveda, no cedía demasiado y aprovechaba las imprecisiones en las que incurría su rival.
Los últimos diez minutos fueron de tensión. De presión también, desde una grada entregada. Cancio mantenía con vida al Helvetia, pero Forns hacía lo propio desde la portería contraria. El partido entraba con un 25-26 en sus últimos cinco minutos cuando Xavi González, con opción de empatar, mandó el balón al travesaño desde los 7 metros. Los nervios se apoderaban de un Anaitasuna que perdía balones ingenuos en ataque, mientras que Falcón no perdonaba para los suyos. Faltaba un minuto y la ventaja era de 26-28 para Guadalajara. Ambos entrenadores pararon el tiempo para idear el plan final. Aunque Albizu acortó distancias, Sladkowski sentenció con el 27-29.
Derrota lacerante y a pensar ahora en la visita a Granollers.