MADRID. El papel de este matemático y filósofo inglés fue determinante en la Segunda Guerra Mundial. Gracias a su máquina Turing, los aliados desentrañaron los códigos con los que los alemanes codificaban las comunicaciones con los submarinos bajo su dominio.
Aunque la informática ha evolucionado mucho desde entonces y en la práctica ya no es viable el mecanismo de la máquina Turing, su funcionamiento sigue siendo válido para explicar el comportamiento de una CPU.