Con experiencia como cortometrajista y asistente de producción en títulos como El imperio del sol, de Steven Spielberg, y 1492, la conquista del paraíso, de Ridley Scott, Javier Kühn tuvo la idea de debutar como director de un largo, documental para más señas, en el que “reflejar el momento del confinamiento desde el punto de vista de gente de la cultura, en este caso del cine español, en un formato que fuese bonito de ver y sobre todo, de escuchar”, resume. Así nació 19, solos frente a la verdad, que puede verse en Movistar Plus+.

Para ello, puso ante el objetivo de la cámara a un total de once actrices y actores famosos que comparten, cada uno con sus vivencias, una experiencia que varios coinciden en afirmar que fue “transformadora” en los primeros meses de la pandemia por la covid-19. Unax Ugalde (Vivir sin permiso), Luis Tosar (Los favoritos de Midas), Jorge Sanz (Olmos y Robles), Belén Rueda (Madres. Amor y vida), Fele Martínez (Machos Alfa), Javier Gutiérrez (Reyes de la noche), Lolita Flores (Las invisibles), María Castro (Tierra de lobos), Alicia Borrachero (Crematorio), Imanol Arias (Cuéntame cómo pasó) y Marian Álvarez (La Unidad), relatan no sólo cómo vivieron esos días a nivel personal, sino también laboralmente. No hace falta recordar que el sector de la cultura fue uno de los más afectados en la pandemia.

Mensaje positivo

Javier Kühn, eso sí, les puso una condición. No se podían usar palabras como virus, pandemia o covid. Todos aquellos términos con los que todos tuvimos que familiarizarnos pero que el director quería evitar porque quería que se lanzara “un mensaje positivo, que todos los malos momentos que pueden venir se superan a través de la necesidad del otro”, afirma.

En el documental conocemos como tuvieron reacciones muy diferentes, que fueron desde la timidez hasta la rebeldía, facetas desconocidas por todos ellos, “de los que en realidad no sabemos nada. Escucharles hablar de sus sombras y sus miedos, compartir cosas que no han dicho en público en ninguna otra ocasión, ha sido parte fundamental de poder construir el documental”.

Luis Tosar cuenta, por ejemplo, que rodó un corto en casa con su mujer. “Tuvimos que maquillarnos, usar el atrezzo con las cosas que teníamos, hacer de cámaras … Fue muy divertido porque me recordó a los inicios de la profesión”.

Javier Gutiérrez afirma que ha sido uno de sus trabajos más difíciles porque “los actores estamos acostumbrados a trabajar con un texto y aquí no lo había”. Y Lolita confiesa que fue rebelde porque “echaba mucho de menos a mi hija y a mi nieto, y me escapé. Fue un solo día, y con la suerte de pasar el confinamiento en una cárcel de oro”.

Frente a la cámara

Primeros planos. El documental está rodado en blanco y negro y destaca por los primeros planos de los actores y actrices, pero no solo de los rostros, sino también de manos o cualquier otro elemento o gesto. Se acentúan además los silencios.

Empatía. Por su cercanía, la cinta transmite empatía ante cada intervención, de unos cinco minutos aproximadamente. Los espectadores se sitúan frente a una realidad, el confinamiento, de la que nadie pudo escapar.