el programa de telerrealidad en Tele 5 sigue su marcha imparable bajo la fórmula Gran Hermano Dúo, que comenzó el lejano 6 de enero y aún le quedan días de misión, con parejas, unidas, reunidas, separadas y alteradas en un desesperado intento de mantener altas cotas de seguidores que necesita Paolo Vasile para mantener su producto estrella. Desde el formato Gran Hermano edición no sé cuántas hasta la fórmula de parejitas en tándem vital, el encierro de un par de docenas de famosetes en un chalet bien acondicionado de la sierra madrileña sigue dando réditos, a pesar de los penosos personajes, ellas y ellos, que pululan los jueves camino de la expulsión. Boquitas pintadas, muñequitas rotas por la vida y exposición mediática, gente como Rejado, Rivera, Ylenia, Fortu o Alejandro alimentan las horas de emisión del actual Gran Hermano Dúo. ¡Qué tele, Mikelarena! Risto Mejide y Arcadi Espada han protagonizado un choque trenes en el plató de Cuatro, a cuenta de unas indecorosas manifestaciones del periodista, libelista, provocador Arcadi; unos agresivos e hirientes comentarios sobre la existencia y protección de criaturas disminuidas funcional/intelectualmente. El hace un tiempo excelente periodista se ha pasado al lado obscuro de los comentarios y ha provocado la ira de Risto, que expulsó del plató a semejante mamarracho. ¡Qué tele, Mikelarena! Es increíble la pelea publicitaria, que alimenta económicamente a las teles privadas, desatada entre productores de cerveza y automóviles. Sin reparo alguno, sin pudor, las teles encadenan spots publicitarios que ensalzan las virtudes de cervezas mil y coches ídem, atiborrando la panza consumista de los telespectadores. Los programadores publicitarios nos tratan como estúpidas ocas a las que hay que cebar diariamente, repitiendo argumentos, filosofía y mensaje de los anuncios cerveceros y automovilísticos. ¡Qué tele, Mikelarena!