pamplona - La Biblioteca de Navarra acogió recibió ayer en donación el legado más personal de Lolo Rico, su biblioteca privada, en un acto de lo más emotivo donde se recordó la gran figura de la escritora, periodista y guionista fallecida el pasado mes de enero en Donostia. “La biblioteca es el alma viva de la persona que la forma y despegarnos de estos documentos está resultando casi tan desgarrador como desprendernos de ella”, dijo ayer Isabel Alba Rico, hija de la escritora.

Más de 5.000 documentos componen la biblioteca personal de Lolo Rico, que pasa ahora a ser “un bien público, como ella habría querido”, entre los que se encuentran libros, CD y DVD, muchos de ellos dedicados por sus autores, entre ellos, Julio Cortázar, Ernesto Sábato, Josefina Rodríguez Aldecoa, Montserrat Roig, Clara Janés o Rosa Chacel, con la que tuvo una gran amistad. La directora del Servicio de Bibliotecas del Gobierno de Navarra, Asun Maestro, se mostró ayer muy agradecida por la donación de Rico, de quien señaló que “tuvo muchas facetas, pero por encima de todas fue una gran lectora”.

La directora del Servicio de Bibliotecas señaló el “espíritu crítico y libre que Lolo Rico mantuvo en su trayectoria profesional y vital”, unas palabras a las que la consejera en funciones de Cultura, Ana Herrera, añadió: “Fue una mujer muy comprometida con la lectura y la educación y, de hecho, si algo define a Lolo Rico es que fue una extraordinaria educadora y cuya máxima preocupación fue la formación de la sensibilidad y las emociones de los más jóvenes. Y si algo valoraba por encima de todas las cosas era la libertad creativa, porque solo desde esa libertad se puede enseñar a los niños y las niñas a ser libres”.

La bibliotecaria de Civican, Vivi Arellano, quien mantuvo una estrecha relación con la escritora, aprovechó la ocasión para leer una carta que había escrito directamente a Rico. En ella, decía: “Tu despedida es tan reciente que tu huella, profunda, es un hueco que todavía duele demasiado”. Arellano recordó “la osadía” de La bola de cristal y afirmó que su visión de la infancia “era lo más nuevo y transgresor” que conoció en su juventud, cuando “ansiaba romper amarras y volar”. “Por primera vez sentía que alguien con fuerza y visibilidad se dirigía a los más pequeños con respeto, apelando a su inteligencia”, añadió.

Asimismo, destacó la vehemencia con la que Rico denunciaba “el uso manipulador de la televisión por parte del poder económico” mientras reivindicaba “el papel revolucionario de la lectura”. Arellano mencionó que, con el paso de los años, descubrió que sus libros “eran también el semillero” donde criaba sus “inagotables planes”, siempre vinculados a su compromiso, su aspiración “a cambiar la sociedad”. Y es que, añadió, sus libros “vienen para invitarnos a la vida y a la rebeldía”. “Qué suerte haber coincidido en el camino”, concluyó.

sus libros, juntos y para todos Acudieron al acto Isabel, María y Nicolás Alba Rico, hijos de la escritora. En representación de los tres, Isabel señaló que el de ayer era “un día muy especial” para la familia “porque se cumple así la voluntad” de Lolo Rico. “Ella quería que su biblioteca se conservara tal cual era, que sus libros se mantuvieran juntos y que dejaran de ser un bien privado para serlo público”, añadió. La hija subrayó que fue su madre quien les inculcó “el amor por los libros”. “Le recuerdo siempre con uno en la mano -dijo-. Primero para leerlo, después para dárnoslo y que lo leyéramos nosotros. Sabía elegirlos; le bastaba con echarles una ojeada, y no fallaba nunca”.

Isabel Alba Rico contó cómo su madre jamás reclamó ningún libro de los que prestaba. “No supe hasta que los ordenamos que aquellos libros que ella regalaba volvía a comprarlos, los reponía para que su biblioteca siguiera completa, para que nunca faltara ninguna pieza, porque una biblioteca es más que un puñado de libros, es el alma viva de la persona que la forma”, señaló, y destacó: “Así, depositamos aquí a resguardo el alma de nuestra madre; en ningún sitio van a cuidarla mejor que en una biblioteca pública”.

Trayectoria de Lolo Rico. Responsable de La casa del reloj y Un globo, dos globos, tres globos, dirigió también programas como La cometa blanca o La bola de cristal. Con el tiempo, Rico se fue haciendo más crítica con la deriva de la televisión y publicó El buen espectador: cómo ver y enseñar a ver la televisión o TV. Fábrica de mentiras: la manipulación de nuestros hijos. Es autora de otros títulos como Castillos de arena, Si tu hijo te pide un libro o Cómo hacer que tus hijos lean: análisis y recetas.