La séptima edición del ciclo Cine y Ciencia propone adentrarse en los dilemas científicos más profundos a través de diez películas que se proyectarán entre enero y marzo en Golem Baiona en Pamplona, así como en Vitoria (Artium Museoa), San Sebastián (Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera), Bilbao (Bizkaia Aretoa-Sala Mitxelena de la UPV/EHU), y San Juan de Luz (Cinéma Le Sélect). En la presentación de hoy estará presente Pedro Miguel Etxenike, presidente del DIPC, para ofrecer una conferencia sobre la película Oppenheimer. 

Será usted el encargado de inaugurar el ciclo Ciencia y Cine. En esta ocasión analizará ‘Oppenheimer’, de Cristopher Nolan. ¿Qué le pareció la película?

La he visto dos veces y media. La primera vez, siendo sincero, no me gustó especialmente. Sin embargo, cuando la vi por segunda vez, solo y relajado, me pareció una muy buena película. La primera vez fui a verla con gente y no pude prestarle el máximo de mi atención.

Quizás sea usted uno de los que mejor conozca la historia. ¿Refleja la película fielmente la vida de Oppenheimer?

Basándome en lo que yo sé, a mi juicio, se ajusta bastante a la realidad. Ilustra la evolución de una persona brillante que tiene una infancia de niño rico, de buena educación y que siendo un estudiante de universidad rarito, consigue transformar esas características llegando a convertirse en un intelectual de primera. Pero no solo eso, también en un líder de escuela, después, en un gestor y administrador espléndido del proyecto Manhattan y, finalmente, en un intelectual hombre de Estado que lleva a la sociedad la necesidad de integrar el componente de ética en sus trabajos.

No es la primera vez que comienzan un ciclo con una película de Cristopher Nolan.

No. Cuando empezamos el ciclo global hace siete años también lo hicimos con una película suya. En aquella ocasión fue Interestellar, que al igual que Oppenheimer, me parece una película extraordinaria en la que se aprenden cosas y con la que, tras verla, la gente sale con ganas de aprender más. Y eso es importante, que además de ser bonita, genere interés por adquirir más conocimientos.

Además de su vida, la película trata el conflicto moral que supuso para Oppenheimer la creación de la bomba atómica. ¿Es importante que el cine aborde la parte más humana de la ciencia?

Es muy importante. En la película hay muchos dilemas éticos: ¿Se debe trabajar en armas? ¿Se debe investigar en armas? Aborda claramente el dilema de investigar cosas que en sí pueden ser malas, pero que pueden servir para la defensa cuando otros están investigando. Eso se plantea a lo largo de la película y también cuál debe ser el papel de los científicos, si deben limitarse a aconsejar en el cómo o si deben participar en las decisiones, aunque no de forma exclusiva, sobre su uso.

¿Considera que películas como ‘Oppenheimer’ ayudan a acercar la ciencia a la sociedad?

Es una película que hace pensar y que quizás pueda llevar a una visión negativa hacia la ciencia. Pero quiero dejar claro que la ciencia globalmente ha ejercido una función infinitamente beneficiosa para la humanidad; a través de la medicina nos ha alargado la vida, ha permitido vivir a millones de personas y nos ha quitado el dolor; ha reducido nuestra dependencia con la naturaleza... En definitiva, no podríamos vivir sin la ciencia, pero eso no significa que todo esté permitido en función de sus logros. La película nos hace reflexionar y llegar a una conclusión que es obvia: que lo importante es que el conocimiento no avance a mayor velocidad que la sabiduría en el uso de ese conocimiento.

Por lo tanto, ciclos como el que usted inaugura son claves para la difusión de conocimiento científico. 

Este ciclo es importante porque enseña, además de que la tecnología es la que permite que existan las películas, que la ciencia, al igual que el cine, es parte esencial de la cultura. Y es algo que está funcionando muy bien porque se nos están llenando las salas. Hay bastante gente apuntada en Bilbao para la sesión del sábado (por mañana), a pesar de que hay el derbi Real Sociedad-Athletic Club de Bilbao. Que la agente se anime a acercarse a la ciencia a través cine cuando hay fútbol eso sí que es un logro histórico. 

Es que no es lo mismo ver una película sobre ciencia a solas, que contar con alguien que después la analiza.

Efectivamente. Siempre tengo el privilegio de inaugurar este ciclo, y mi charla va dirigida a que se entiendan fácilmente varios aspectos porque las películas muchas veces no son fáciles de entender. En el caso de Oppenheimer se mezclan muchas tramas como la científica, la política y la personal.

Para llegar al espectador, el cine tiene que simplificar ciertos aspectos relacionados con la ciencia, ¿cree que esto puede afectar de alguna manera a la materia?

Yo creo que no, porque la ciencia, sus consecuencias y sus principios generales, se pueden entender si se explican por gente que los comprende de forma sencilla, y por eso es tan importante la comunicación científica. Es esencial que se expliquen estas cosas lo más sencillamente posible, pero para no caer en simplificaciones excesivas, hay instituciones que lo controlan. Para eso está en la UPV/EHU la cátedra de Cultura Científica que dirige Juan Ignacio Pérez o el grupo de comunicación del DIPC, que colaboran estrechamente y ayudan a que la sociedad esté perfectamente informada sin necesidad de simplificaciones excesivas. De esta manera, se consigue que la sociedad sea más democrática porque va a ser más capaz de tomar libremente decisiones que configuran nuestro futuro. 

¿Cree que el cine ha evolucionado en la forma de abordar temas científicos?

Yo creo que películas buenas sobre ciencia, incluso con menos medios técnicos, ha habido a lo largo de los años, porque muchas cosas están relacionadas con la ciencia. Nosotros inauguramos el primero de los ciclos con Interestellar, pero la propia película El nombre de la rosa enseña mucho sobre ciencia. También películas como El premio, que parece que no tienen que ver con ciencia pero enseñan mucho sobre los científicos y su vanidad. Ha habido muchas películas buenas, pero quizás ahora con la explosión de la importancia de la tecnología se están haciendo más.

Lleva ya siete años inaugurando el ciclo Cine y Ciencia, ¿hay alguna cuestión científica que debería abordarse en las películas y que aún no se ha hecho?

Aunque se han hecho varias, me gustaría ver una película en la que se viese más claro la necesidad imperiosa de la ciencia para la subsistencia de la humanidad; alguna película que tratase la ciencia, no solo con sus logros técnicos para nuestra supervivencia, sino también como aspecto creativo como pensamiento crítico. Un buen tema me parece abordar el hecho de que podamos editar genéticamente con precisión milimétrica. Se podrían tratar los problemas éticos que acarrea: ¿Se puede utilizar esta tecnología para mejorar la raza o simplemente para curar enfermedades? Ya ha habido películas sobre esto, pero me parece que daría un juego muy grande, aunque eso vamos a dejárselo a la imaginación de los guionistas.