La escritora, periodista y guionista Maite Esparza Nieva presentó ayer en la librería Katakrak su primera novela ‘El verano que aprendí a disparar’. Con una voz personal y un tono que pivota entre el humor, la ternura y la crudeza, crea un universo ficticio que desborda "verdad," una “autoficción honesta y luminosa que deja entrever el cuarto oscuro que todos albergamos al fondo del pasillo”. Un universo íntimo pero realista fácilmente reconocible para muchas mujeres y hombres que vivieron en la generación de la protagonista. Una novela valiente editada por Eunate que aborda con una mirada diferente temas duros como el alzheimer, el abuso infantil y la evolución personal que experimenta una niña de la Generación X que vivió sus veranos en el pueblo hasta su plena madurez cuando cumple los 40 años. El libro habla de fortalezas, de adaptación, de una actitud ante la vida que sirve de coraza pero que también se apoya en la amistad, el cariño y la confianza. "Un espejo en el que reflejarse y un camino en el que desaprender para volver a construirnos como queremos ser", asevera Esparza.
En el acto celebrado en Iruña participó la autora junto con la editora María Oset y la periodista Ana Ibarra que hizo un repaso de la larga trayectoria profesional y personal de Esparza entre Pamplona, Barcelona y Bilbao, a la vez que destacó la capacidad creativa y el sentido del humor de una novela en la que “te ríes continuamente y como generación te ves totalmente reflejada en muchas de esas luchas vividas y situaciones que puedes visualizar de una forma casi cinematográfica porque el relato es trepidante y engancha desde el primer momento”, señaló Ana Ibarra.
“Creo que ese es el motor de la mujer que nos define muy bien, esa resistencia y el tirar hacia adelante en situaciones muy complejas, eso es natural en nosotras”, aseguró la que también es colaboradora de DIARIO DE NOTICIAS. Un homenaje a la generación de nuestros padres que tuvieron muchísimas capacidades y nos dieron unas oportunidades que ellos no tuvieron, asevera. También es un relato cargado de humor sobre la Generación X, en este caso la nacida en los setenta, donde se abordan temas como los roles de género asignados asumiendo que en aquellos años ser fuerte era “pelear como un hombre”, no quedarse atrás para poder llegar a los mismos lugares y disfrutar igual que los chicos en una infancia en el pueblo.
El libro también pone en valor la capacidad de las mujeres para tirar hacia adelante en “situaciones muy complejas y generar equipo y un entorno cálido, amoroso y cuidador”. La protagonista de la novela, que ha sufrido abuso infantil en su entorno más cercano, también descubre cómo la memoria trabaja a favor de la supervivencia, hace ese papel de “autoprotección y suele blindarnos de los recuerdos menos positivos, o de lo que nos ha hecho más daño”, admite Esparza, que estuvo acompañada en el acto de ayer por periodistas que le acompañaron en sus inicios profesionales como Juan Pedro Bator, Pablo Gorría, Mari Jose Armendáriz, Francisco Zamora, Mariví Salvo o Ana Belasco, además de amistades y público curioso.