La escritora gallega Ángela Banzas, finalista del Premio Planeta con la novela Cuando el viento hable, recrea en este libro la historia de Sofía, una niña de 7 años criada por sus abuelos en la Galicia de la posguerra española e ingresada en el Hospital Real de la capital gallega, lo que hoy es el Hostal de los Reyes Católicos, en el que conoce a otra niña de su misma edad que padece una enfermedad con un diagnóstico fatal. Un argumento que parte de los propios recuerdos de la autora, quien con 7 años también estuvo ingresada en un centro hospitalario y conoció a una niña de su edad con una enfermedad letal.
Sofía, la protagonista, debe vencer distintos miedos, como el miedo a la oscuridad, los silencios, las sombras que hay en su casa y la ausencia de su padre y de su madre, y la intriga va subiendo “capítulo a capítulo”.
Quiso referirse a la figura de los abuelos en la novela, familiares muy importantes en las vidas de muchos niños. “Todas mis novelas existen gracias a la figura de los abuelos. En mi niñez nos sentábamos a la mesa y te contaban historias, anécdotas y experiencias, te las ofrecen como si fuera un regalo”, indicó.
Con este libro ha querido retratar también a una generación y una etapa, la posguerra civil española, con toda su crudeza ya que, en opinión de la escritora gallega, se puede definir con cuatro palabras: sombras, silencios, ausencias y pólvora.
Según la escritora, la novela aborda “el poder de la imaginación frente al horror” ya que la protagonista busca en la lectura una manera de ayudar a su amiga a evadirse de la crudeza de su enfermedad.
Pero para Banzas no solamente la lectura es una forma de evasión, sino también la escritura: “Yo siempre soluciono todo, o lo intento, a través de los libros” y defendió el papel de la bibliotecas en los cetros sanitarios como una parte de la terapia sanadora.
Además de la crueldad de la muerte infantil, la esperanza y el amor son los otros ingredientes fundamentales de la novela finalista del Planeta 2025 ya que Banzas asegura que le gusta trabajar con puntos opuestos en sus novelas. En este sentido, considera que “lo más importante que hay en la vida es el amor, que es lo contrario a la muerte”, y que es algo “a lo que tenemos que aspirar todos”. Sostiene que en este libro incluye por primera vez “una historia de amor bonita”, algo que le hace sentirse orgullosa y que, al mismo tiempo, le ha dejado “una sensación muy agradable”.