Si a alguien le dan a elegir entre una reforma pequeña o grande de la casa en la que vive alquilado, sin que le cueste ni un euro ni le suban el alquiler, supongo que siempre pediría la grande, y sin escatimar en detalles, que en ese rincón quedaría muy bien una chimenea, y qué menos que tener al menos una bañera de burbujas... Pero resulta que, para nuestra sorpresa, no todo el mundo piensa igual: en la decisión de la reforma de El Sadar, frente a los 7.599 votos a favor de la reforma integral hubo 644 para la reforma básica. Más de un 8,4% de los votantes, que no es un porcentaje anecdótico. 644 hombres o mujeres que quizás es que ven peligro para el club en el gasto de 16 millones de euros, y que seguramente no se van a creer el ascenso a Primera hasta que no se produzca. Que son, en suma, dignos herederos -incluso si son tan jóvenes que ni saben quién fue- de Fermín Ezcurra. 644 voces pidiendo prudencia, que nunca es mal consejo.