Cuando eres el 6º equipo en una competición -en ingresos y valor de tu plantilla- cabe esperar, por pura estadística, que tu media sea llegar a cuartos, con altibajos: unos años más arriba y otros más abajo. Pero si desde que eres el 6º de Europa no has logrado pasar de cuartos y llevas tres años seguidos cayendo en octavos, es que algo estás haciendo muy mal. El PSG, forrado de petrodólares desde que en 2011 lo compró el fondo soberano de inversión de Qatar, se ha ganado en Francia la etiqueta de eterno perdedor, de especialista en el fracaso. Y en el análisis sereno de sus continuos fiascos, todos citan las prisas, la exigencia del éxito inmediato, sin dejar crecer un proyecto a medio plazo. Sí, la Champions es casi siempre para un rico de Europa, pero rara vez la gana una plantilla de reciente creación. La Orejona no se compra con dinero ni la suelen levantar los jardineros impacientes.