P ara que no le falte un poco de sal y pimienta al inicio de la temporada futbolera, se está aplicando desde la primera jornada liguera la nueva norma de castigar con roja directa la patada por detrás al rival (y si no la ve el árbitro, le avisan sus colegas del VAR). Se trata de preservar la integridad física de los futbolistas y de darle un poco más de deportividad al juego, pero la polémica está servida, porque en el inicio de la Liga vimos varias entradas muy duras que se saldaron con tarjetas amarillas y, sin embargo, el pobre Modric (Real Madrid) se fue expulsado por la patada más lila de la historia de las tarjetas rojas. Y aún peor fortuna tuvo Jorge Molina (Getafe), que más que patear a su adversario le alcanzó corriendo y sus piernas chocaron. Obviamente, no vamos a defender aquí la barra libre de coces al rival, pero vemos una clara desmesura. Y sabido es que la proporcionalidad de las penas es un principio básico de la Justicia.