seúl-Jerusalén - Corea del Sur y Corea del Norte empataron a cero en el primer partido disputado por ambos vecinos en Pionyang en 30 años, un histórico partido fantasma, por la decisión del régimen norcoreano de no televisarlo en directo y prohibir el acceso al estadio a sus propios ciudadanos.

Los dos países, que técnicamente aún están en guerra desde hace casi 70 años, empataron sin goles en el estadio Kim Il-sung de la capital norcoreana en un cruce del que apenas se pudo saber nada en tiempo real.

En un país regido por el opaco régimen de Kim Jong-un lo habitual es no emitir en directo los partidos de la selección (el anterior encuentro con victoria ante Líbano por 2-0 se mostró con un día de retraso) pero se pensó que se haría la excepción por tratarse del primer cruce intercoreano jugado en suelo norteño desde octubre de 1990: no fue así.

Tras el acercamiento diplomático de 2018, Corea del Norte ha endurecido su postura ante su vecino ante la falta de avances en las negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos, principal socio militar del Gobierno de Seúl.

Así, Corea del Norte decidió no emitir visados para nadie a excepción de jugadores y cuerpo técnico surcoreanos: ni aficionados, periodistas o equipos de retransmisión televisiva del Sur obtuvieron el permiso especial. No obstante, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, sí recibió un salvoconducto del régimen para estar en el palco, aunque mostró su “disgusto” por la opacidad.

Ayer hubo otro partido histórico: el Palestina-Arabia Saudí, clasificatorio para el Mundial 2022, que también terminó sin goles, pero sí tuvo mucha expectación por ver por primera vez al equipo saudí en un estadio de la Cisjordania ocupada. 14.000 aficionados asistieron al partido.

Fue la primera vez que el equipo saudí jugó en este territorio palestino, porque hasta ahora los países árabes se oponían a pedir el permiso de entrada a Israel, que ocupa militarmente Cisjordania. - DEIA/Efe