Una final de Eurocopa es un acontecimiento que no se vive todos los días; un evento que aúna pasiones, sentimientos y, en definitiva, a personas de un mismo equipo. Y la fotografía de hoy desde primera hora de la tarde en Yamaguchi es un ejemplo de ello. Los aficionados, vecinos de Pamplona y foráneos, han empezado a llegar desde muy pronto a la plaza donde se encontraba la pantalla gigante, pese a que su tamaño fuera objeto de queja para varios de los asistentes (tal vez ante la previsión de que menos personas asistirían a la proyección de la final). Sin embargo, estas quejas no han servido de pretexto a los centenares de aficionados que han sido partícipes de un gran ambiente festivo.
Y la explicación radica en que el proyecto de Luis De la Fuente ha reavivado la pasión de muchos aficionados que llevaban un lustro desencantados con la selección. Todo ello con el valor añadido de que el camino hasta llegar a la final ha sido un viaje del héroe donde La Roja terminó por tocar fondo con Luis Enrique y una generación de jóvenes estrellas la resurgieron de las cenizas con el técnico riojano como mentor.
Esta España ha demostrado ser capaz de dominar todos los registros y de reponerse ante las adversidades, lo que ha llevado a una gran parte de los aficionados que se han citado en Yamaguchi a una tranquilidad inaudita para una final de Eurocopa. Por el contrario, Raúl Linares, malagueño, acompañado de Jason Giler, de Murcia, ha roto con la tendencia confesando que "llevo nervioso desde que me he levantado esta mañana". El murciano ha compartido los nervios de su amigo, "pero las sensaciones son buenas". Alberto Lolilla y su cuadrilla llegaron a Pamplona desde la Sierra de Aracena, Huelva, para disfrutar de los Sanfermines y auguró también la victoria de la selección. "Como ganemos, el plan no te lo puedo decir", ha bromeado.
Los nombres de moda
Dani Olmo, Lamine Yamal y Nico Williams, en calidad de hombres de moda, han sido las mayores apuestas los aficionados para alzarse con el MVP, u hombre del partido, en la final. Sus nombres se repitieron entre los aficionados, que se mostraron confiados por su desempeño en el transcurso del torneo. Ángel Ederra, de Pamplona, pronosticó que los tres marcarían en un partido que se saldaría con la victoria española por tres goles a uno. Entre todas las camisetas blancas (y otras tantas rojas), el color amarillo en la masa de personas también se hizo notar.
Doble cita de altura
El motivo: la final de la Copa América que se ha disputado esta madrugada, con decenas de colombianos que han tenido una ración doble de emoción y nervios con lo que para Dayana Rojas es "su casa" pese a estar lejos del su país natal. "La acogida que Pamplona le ha dado a España es una locura, esto es fútbol. Se me eriza la piel", ha asegurado. Su madre, Mabel Rojas, luciendo la elástica cafetera, se ha autodenominado como “mitad colombiana, mitad española” tras 23 años residiendo en Pamplona. Aunque ha reconocido que, si ganan sus dos selecciones, se conformará con celebrarlo con “licor sin alcohol”.
Sin embargo, la comunidad argentina, rival de Colombia en la Copa América, también ha querido estar presente en la gran cita. "No me esperaba que hubiera tanta gente aquí", señaló Felipe Segura, aficionado de Salta, norte de Argentina, presente en la plaza Yamaguchi. "Pregunté a mi jefa para pedirme el día libre mañana y me dijo que no, pero saldré igualmente", aseguró, con la condición de que sus selecciones ganen la Copa América y la Eurocopa.