pamplona - La propuesta de una única tubería soterrada para llevar agua a la Ribera a través del Canal de Navarra se calculó de manera errónea con un coste superior al real, según han detectado los técnicos del departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra. Este error ya ha sido trasladado a Canasa, gestora de esta infraestructura, para que la UTE, compuesta por las ingenierías Ingiopsa-Eptisa, subsane esta importante desviación de millones en el presupuesto final de esta opción que presentó en el último consejo de administración de la empresa pública en enero.

El informe sobre alternativas para la construcción de la segunda fase del Canal contempla, entre las cinco propuestas, una consistente en instalar una solo tubería, con un coste de 178,3 millones, que supone una cantidad más alta respecto a la que es. En las conclusiones del estudio, la UTE desechó la propuesta de una sola tubería debido al elevado presupuesto.

El vicepresidente de Desarrollo Económico, Manu Ayerdi, compareció ayer tras la sesión de gobierno para adelantar que este estudio tiene “alguna deficiencia importante”. Señaló que una de las alternativas recogidas, sin precisar cuál, “se había valorado con un coste más alto de lo que en realidad es”. Ayerdi no quiso profundizar más en el asunto, del que trató en la rueda de prensa tras la sesión de gobierno de manera sorpresiva ante los periodistas, ya que en un principio no estaba prevista su comparecencia. El vicepresidente de Desarrollo Económico anunció que el miércoles 27 de febrero, en una comisión conjunta con la consejera de Desarrollo Rural, Isabel Elizalde, ahondará en esta cuestión.

El Gobierno foral ha solicitado con carácter de urgencia la convocatoria de un consejo de administración en Canasa, compuesta en un 60% por el Estado y en un 40% por Navarra, para abordar esta materia, y otros fallos que se han detectado en el resto de alternativas de la segunda fase, aunque se consideran de menor incidencia. El descubrimiento de estas equivocaciones en el informe puede retrasar algo la decisión final sobre la alternativa de la segunda fase, pero se prevé “poco” tiempo.

los antecedentes Ayerdi recordó que en el consejo de administración de Canasa de enero se presentó el estudio de alternativas de la segunda fase del Canal y que “solicitó alguna información complementaria con la idea de convocar otra reunión a finales de febrero o principios de marzo para tomar una decisión definitiva sobre la opción de canal para la segunda fase”. En ese encuentro, Estado y Navarra descartaron, definitivamente, construir un canal a cielo abierto en la Ribera por su excesivo coste, 252,5 millones de euros, como así lo volvió a remarcar Ayerdi durante su comparecencia de ayer ante preguntas de los periodistas. Sin embargo, el consejo de Canasa no se pronunció sobre el planteamiento de una solo tubería que sí rechazó la UTE por su alto coste económico, que ahora parece estar sobrevalorado con los 178,3 millones.

Las ingenierías Ingiopsa-Eptisa se decantaron por la construcción de dos tuberías en fases diferentes, según la demanda existente, con un coste de 84,9 millones de euros la primera parte del proyecto y 67 millones, la segunda. Sin embargo, también se proponía la instalación de dos tuberías al mismo tiempo con un presupuesto de 148,3 millones. Tanto el Estado -con el PSOE en el Gobierno central- como el Ejecutivo navarro no se han pronunciado sobre cuál es su opción, aunque el PSN ya manifestó en una rueda de prensa hace unas semanas que apostaba por la doble tubería en una sola fase y recordó al Gobierno de Uxue Barkos que en el consejo de administración de Canasa ostentaban el 60% de la representación.

los técnicos del departamento Tras la reunión del consejo de administración en enero, Ayerdi manifestó ayer que “fruto de una revisión técnica en profundidad hecha por el Gobierno foral, se ha observado que en el informe de alternativas había alguna deficiencia importante que podía incluso afectar a las conclusiones generales”. “Desde una mirada de absoluta responsabilidad y compromiso con la infraestructura, los dos gobiernos hemos visto que es importante que se hagan las cosas bien y en la mayor brevedad”, aseveró.

Según dijo, “se ha puesto en conocimiento de Canasa desde el primer momento y la empresa pública ha confirmado que es así”. “Desde la gestora del Canal se ha trasladado a la UTE que a la mayor brevedad subsane esas deficiencias observadas e incorpore los datos pedidos en el consejo”, añadió Ayerdi, para precisar que éste “no es un informe que demos por recibido en Canasa, no es un informe terminado ni satisfactorio”. De esta forma, Ayerdi remarcó que quieren que en el consejo de administración “se tome la decisión definitiva de la segunda fase del Canal con la información correcta y adecuada”.

El vicepresidente insistió en que es “Canasa la que está tomando las decisiones, no el Gobierno de Navarra”. “El Ejecutivo, como socio en Canasa, lo que hace es compartir con el Estado la situación creada. No es el Gobierno de Navarra, sino Canasa la que dice a la UTE que corrija esto que no está bien”, concluyó.