El pasado 17 de junio comenzó una campaña pidiendo el boicot a la red social de Facebook bajo el hashtag#StopHateForProfit (no al odio por dinero), pero no despegó hasta el pasado viernes, cuando Unilever, uno de sus anunciantes, decidió retirar toda su publicidad de la plataforma. El domingo más de 160 empresas habían suspendido la publicidad en Facebook en respuesta a la falta de compromiso de la compañía con el control de la información tóxica, el discurso de odio y por la decisión de la red social de no hacer nada ante los mensajes incendiarios de Donald Trump en la web.

La campaña #StopHateForProfit, organizada por diversas asociaciones de derechos civiles, como Free Press y Common Sense Media, con apoyo del principal lobby de defensa de los afroamericanos, NAACP, yel principal lobby judío, la Liga Antidifamación (ADL) y a la que también se unió Mozilla, criticaba la inacción de Facebook ante los mensajes que incitaban a la violencia y que se dispararon con los disturbios raciales a raíz del asesinato de George Floyd.

El boicot se inició cuando un grupo de empresas encabezadas por Patagonia, REI o The North Face decidieron tomar la decisión conjunta de “poner en pausa” la publicidad en Facebook y en Instagram.

Más tarde, la red social comenzó a perder la publicidad de compañías como Coca-Cola, Honda, VerizonoLevi Strauss. El domingo, se sumó al boicot Starbucks, el sexto mayor anunciante de Facebook el año pasado.

El complot amenaza al valor en Bolsa de la compañía y revela una amplia preocupación por el papel que las redes sociales van a jugar en la actual campaña electoral en Estados Unidos para los comicios presidenciales del 3 de noviembre.

respuesta de Zuckerberg La retirada de anunciantes hizo reaccionar a Mark Zuckerberg, fundador y CEO de la compañía, que durante años se negó a aplicar controles para evitar el uso de su plataforma para la intoxicación política y discursos de odio.

El pasado viernes anunció, en un post en la red, una nueva política por la que prohibirá cualquier mensaje con contenido que, según los editores de Facebook, promueva la discriminación. Prohibirá anuncios que usen como chivos expiatorios a las minorías, inmigrantes, grupos raciales u otros grupos como parte de una campaña más amplia contra los discursos de odio. Además, indicó, lucharán contra la supresión del voto y crearán nuevos estándares para detectar ese tipo de publicidad que incita al odio.

Zuckerberg afirmó que la nueva política de prohibición estaba en estudio tres semanas antes de que empezara la campaña de boicot.

A raíz del movimiento impulsado por las diferentes marcas, las acciones de Facebook bajaron un 8% el pasado viernes, una pérdida de unos 49.000 millones de euros del valor de la empresa.

Carolyn Everson, responsable de su grupo de negocios globales en Facebook, indicaba que “hacer boicot no es en general la mejor forma de hacer que progresemos todos juntos”.