El nuevo proyecto de línea eléctrica de alta tensión que cruza Navarra presenta "avances sensibles pero insuficientes", a juicio de la plataforma afectados por una infraestructura que acumula ya dos intentos fallidos y que contempla inversiones de 70 millones de euros por parte de Red Eléctrica. Varios pueblos seguirán quedando "encajonados" entre las torres y el cableado.

"Han recogido una parte de nuestras propuestas", explica Alberto Frías, técnico que apoya a los ayuntamientos que se han ido oponiendo a una línea que, a su juicio, genera múltiples afecciones para el entorno. El proyecto, que arranca en Itxaso (Gipuzkoa) y conecta con Castejón y Muruarte atraviesa Sakana, Iza, Arakil y bordea la comarca de Pamplona por el sur, desde la Cendea de Olza y hasta Barasoain.

El último proyecto de ejecución y estudio medioambiental remitido a los ayuntamientos contempla así el desmantelamiento de la línea de 220 kv tendida entre Itxaso y Orkoien I y II. "El pasillo que deja se empleará apara la construcción de la nueva línea de 400 kv". No sucede lo mismo con el siguiente tramo, el que discurre por el sur de la comarca y avanza hacia Muruarte. "Varios pueblos quedarían encajonados entre la nueva línea de de 400 kv y la actual, que conecta Orkoien y Tafalla a 200 kv".

Soterrar y desmantelar

Ante ello, la plataforma, que agrupa a ayuntamientos y vecinos, plantea el soterramiento de la línea, una iniciativa "factible, si bien sensiblemente más costosa. "Teniendo en cuenta los beneficios millonarios que prevé Red Eléctrica por este proyecto, así como las empresas que están detrás de los nuevos polígonos renovables, que dispondrán así de mayores facilidades para sacar su energía, creemos que es factible", ha dicho Frías, que ha estado acompañado por Moisés Garjón, alcalde de la Cendea de Olza.

Asimismo plantea el desmantelamiento de la línea entre Tafalla y Orkoien, que permitiría aprovechar el pasillo resultantes, y compensaciones para los ayuntamientos afectados.

Los ayuntamientos afectados en Navarra por el problema son: Barasoain, Artajona, Añorbe, Enériz, Adiós, Muruzábal, Uterga, Legarda, Cizur, Cendea de Olza, Iza, Arakil, Irañeta, Uharte Arakil, Arruazu, Lakuntza, Arbizu, Ergoiena, Etxarri Aranatz, Bakaiku, Iturmendi, Urdiain y Alsasua.

Afecciones para la salud

Un proyecto de estas dimensiones, de 92 kilómetros de trazado y con 192 torretas de hasta 70 metros de altura, genera distintas afecciones, explica Frías, entre las que el impacto paisajístico y la elevada mortalidad de las aves son algunas de las más relevantes.

Junto a ello, los problemas de salud de los campos electromagnéticos, con una banda de protección de 400 metros alrededor de la línea y la afección socioeconómica a los municipios obligan a juicio de los opositores a reconsiderar el proyecto. "Habría que estudiar de qué manera impacta esto en los planes de desarrollo que tenían los pueblos, por ejemplo en su promoción urbanística, y valorar el lucro cesante. Lo que no puede ser es que el interés público se convierta en un derecho de pernada postmoderno en el siglo XXI con el territorio", ha dicho frías.