La fundición Aceros Modelados de Lacunza SA (AML) es una de las primeras empresas navarras que ha eliminado el amianto de sus instalaciones gracias a las ayudas puestas en marcha por la Dirección General de Medio Ambiente para la retirada paulatina de este material perjudicial para la salud de las personas, así como contaminante del medio natural.
La empresa, que inició su actividad en 1977, es capaz de suministrar distintas piezas de acero inoxidable y otros materiales con base de níquel a 25 países y factura anualmente 30 millones de euros. Cuenta con unas instalaciones que comprenden 20.000m2 repartidos en dos centros de trabajo ubicados en Lakuntza y Arbizu y, concretamente, es en esta primera fundición de Lakuntza donde AML ha ejecutado la obra consistente en la retirada de la cubierta de amianto y su sustitución por otra metálica sobre la que se han colocado placas solares lo que conlleva, además, un beneficio extra por la transición a fuentes de energía renovable.
El consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José Mari Aierdi, de la mano del responsable de compras, Lucas Ruiz de Alda, ha visitado las instalaciones para conocer el cambio realizado y ha señalado que “es importante que desde las instituciones acompañemos a las empresas y las incentivemos con acciones tangibles en el camino hacia la transición ecológica. La retirada paulatina del amianto en Navarra es una cuestión que no debemos obviar, tanto por la salud de las personas como por la del medio natural, de los suelos, fundamentalmente y, en este caso, hay que felicitar a empresas como esta que dan un paso más hacia la incorporación de fuentes de energía renovable”.
Por su parte, Lucas Ruiz de Alda ha señalado que “toda ayuda recibida para acometer la necesaria transición ecológica es bienvenida, especialmente, las que sirven para abordar problemas medioambientales y de seguridad del entorno laboral”.
AML es una de las primeras empresas que se acogió a la convocatoria de ayudas puesta en marcha por primera vez por la Dirección General de Medio Ambiente el pasado año. Junto a ella, una explotación agropecuaria, un hostal rural, un supermercado, una fundición, o una empresa de servicios eléctricos, entre otras, han eliminado también este material contaminante de sus instalaciones.
Dichas ayudas se enmarcan dentro del Plan Director de eliminación del amianto en Navarra, liderado por el Instituto de Salud Pública y Laboral.
NUEVA CONVOCATORIA
Dada la buena acogida de la primera, Medio Ambiente ha aprobado una segunda convocatoria de ayudas, que próximamente se publicará en el BON, y dotada de 200.000 euros, es decir, duplicando el importe de la partida para que pueda presentarse un mayor número de empresas.
La convocatoria de ayudas del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente está dirigida a empresas con producción en la Comunidad Foral y tiene como objeto facilitar las acciones relacionadas con la retirada de amianto, garantizar el desarrollo de las medidas de recogida separada y la correcta gestión de los residuos que contengan fibrocemento.
Para ello, las empresas deberán cumplimentar la solicitud y presentar el plan de trabajo de retirada de amianto, el presupuesto detallado de los trabajos para los que se pide la subvención y, en su caso, la identificación del traslado de los residuos de amianto. A través de esta ayuda se subvencionará el 90% del gasto con un máximo de 20.000 euros. Las solicitudes se atenderán por orden de llegada y se resolverán en el plazo de dos meses desde el final del plazo de presentación.
El amianto es un agente químico cuyas propiedades físico químicas le confirieron un gran interés para los sectores de la industria y la construcción. Pero a su vez, es un agente tóxico, que puede provocar distintas enfermedades graves, como la asbestosis o el cáncer de pleura y otras. En España, la prohibición de fabricar, utilizar o comercializar materiales con amianto se hizo efectiva en diciembre de 2002. A pesar de la entrada en vigor de dicha prohibición, el amianto todavía está presente en muchos lugares, equipos, instalaciones y edificios tanto públicos como privados dotacionales, habitacionales o centros de trabajo, debido a que los materiales que lo contienen pueden mantenerse hasta el final de su vida útil.