El piloto neerlandés de Fórmula 1 Max Verstappen (Red Bull) se impuso en el Gran Premio de Estados Unidos, un recital más del campeón del mundo, en ritmo y estrategia, para ganar por delante de Lewis Hamilton y Lando Norris (McLaren), aunque la descalificación del Mercedes subió al podio a Carlos Sainz (Ferrari), mientras que Fernando Alonso (Aston Martin) tuvo que abandonar.

El margen se estrechó en la 19ª carrera de la temporada, con cuatro aún para que termine el Mundial, aunque con ambos Mundiales sentenciados. Red Bull ve su autoridad recortada por Mercedes y McLaren, pero Verstappen salía sexto y ganó su 50º GP de F1. Hamilton, en su mejor momento en dos años, apretó hasta el final y sufrió el revés de perder el podio por una irregularidad.

La gestión de los neumáticos fue decisiva, con un buen ritmo de los tres de cabeza, pensándose los Mercedes ir a una sola parada. No era buena idea, vieron pronto, como sufrió un Charles Leclerc (Ferrari) que terminó lejos saliendo de la pole, mientras Carlos Sainz (Ferrari) rozó el podio y, al final, tuvo el premio.

Por su parte, para Fernando Alonso se confirmó la pesadilla de la semana de las mejoras de Aston Martin, que tardaron en funcionar y cuando lo hicieron se quedaron sin nada. El doble campeón del mundo salió desde el 'pit-lane', con su equipo retocando ya todo lo posible después de una mala clasificación el viernes, y aunque funcionó por momentos, terminó en un amargo abandono.

Austin tuvo su baile y hubo sorpresa en los despachos. Toca pensar en 2024, en que será más igualado, pero Verstappen firmó su récord de victorias en una temporada (15) y tiene amplio margen para una cifra histórica. El de Red Bull, que ya ganó el sprint del sábado, de nuevo no tuvo rival y tampoco regaló nada entre sus paradas.

Lando Norris aguantó bien, mientras su compañero Oscar Piastri se vio obligado a abandonar por un choque en las primeras vueltas tras ganar varias posiciones con el semáforo en verde. La salida fue limpia, sin accidente en la primera curva como le costó la carrera el año pasado a Sainz. A Leclerc sí le costó la pole, mientras el madrileño ganó posición por dentro pero pronto las perdió.

Verstappen y Hamilton remontaron enseñando mucho más potencial, gestionando neumáticos aunque se pasaron en Mercedes. Una parada no era factible y Red Bull movió ficha antes quizá de manera decisiva. Ferrari se la jugó con Leclerc, poniendo el neumático duro pensando en no volver a parar, pero el monegasco se quedó sin opciones en las últimas vueltas, al contrario que un Sainz de menos a más.

Con el regreso a boxes a 20 del final, Verstappen no tardó en tomar la delantera, con Norris y Hamilton detrás. Sainz fue en su caza, mientras Leclerc era obligado por Ferrari a dejarle pasar por tener mejores condiciones de neumáticos, pero al madrileño le faltaron vueltas para alcanzar el podio. Igualmente, a Hamilton no le dio tiempo a cazar a Verstappen llegando a ponerse a un segundo y medio, aunque sin duda el neerlandés gestionó todo.

Tras la bandera a cuadros, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) investigó el excesivo desgaste del suelo de Hamilton y de Leclerc. Después llamar a ambos equipos, la FIA decidió la descalificación del Mercedes que había sido segundo y el Ferrari que había sido sexto. Así, Norris y Sainz subieron al podio de Austin, por delante de Sergio Pérez y George Russell.

El sabor amargo fue el de Alonso, que rozó buenos puntos después de salir último, una remontada que tenía a tiro el octavo puesto cuando desde la radio le informaron de una avería en el fondo plano de su monoplaza. Al final, Aston Martin y el asturiano encontraron el ritmo y los ajustes, doliendo así un cero que el sábado asumían.