El papel de las instituciones públicas ha centrado la segunda mesa redonda del Foro Hiria: Navarra frente al cambio climático. Representantes del Gobierno de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona han subrayado la necesidad de caminar hacia una reforma energética que ponga las renovables en el centro; cambiar el modelo de movilidad y reducir el protagonismo del coche en las ciudades; e involucrar a toda la sociedad hasta el punto de que la lucha contra el cambio climático se haga “en cada hogar”.

La consejería de Desarrollo Rural tuvo claro desde el principio que en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética la Administración foral tenía que ser la institución que se pusiera a la cabeza de los cambios.

De ahí que en la norma haya un capítulo específico para los deberes de la administración, que se denomina directamente “Administración ejemplarizante”. Ahí se detalla que serán las instituciones públicas las primeras que tendrán que velar por un control de las emisiones, por una renovación energética a todos los niveles y por las auditorías sobre el grado de cumplimiento de los objetivos.

Lo recordó Javier Zardoya, gerente de la Agencia Energética Municipal de Pamplona, que rescató el preámbulo de la ley para recordar que a las entidades locales, a las instituciones más cercanas al ciudadano, les toca “liderar” la lucha contra el cambio climático.

Pero, además de liderar, los tiempos actuales exigen que, además, se involucre a la ciudadanía. Ha sido una de las primeras cuestiones que ha puesto encima de la mesa Maribel González, directora de movilidad del Ayuntamiento de Pamplona. Es precisamente la movilidad un ámbito sensible porque afecta “a nuestras prisas y a nuestra forma que tenemos de funcionar”, razón por la que lo que se ofrezca tiene que ser “igual o mejor que el coche”. En ese sentido se han puesto en marcha los puntos de recarga eléctricos o el programa de bicis eléctricas, en colaboración fructífera con empresas privadas.

En esa “ejemplaridad” ha insistido Martín Ibarra, director del Servicio de Transformación Energética del Gobierno de Navarra. A su departamento (Desarrollo Económico) le toca plantear, en seis meses, la futura Agencia Energética, un instrumento que pretende dotar de agilidad y operatividad a todas las políticas de transición energética que Navarra necesitará en los próximos diez años.

Hacia la eficiencia y el ahorro

En ese nuevo panorama, los tres ponentes deslizaron las que serán ideas centrales: Navarra necesita un cambio energético total que pasa por poner en el centro a las renovables, cambiar la movilidad (que está detrás del 56% de las emisiones en Pamplona, como recordó González) con restricciones al coche, y conseguir involucrar a toda la sociedad en este nuevo paradigma.

Con respecto a las renovables, Ibarra precisó que ya trabajan en la puesta en marcha de esa Agencia Energética. Y cuando se habla de impulsar las renovables no se habla desde la generalidad. Hay que explorar, comentó la mesa, un verdadero impulso a la energía solar aprovechando las cubiertas, que en una ciudad como Pamplona está prácticamente libres y podrían estar llenas de placas solares.

Precisamente, sobre la necesidad de eliminar todas las trabas posibles a las renovables urbanas insistió Zardoya. Es, como dijo, lo único que conseguirá bajar la factura del consumo de energía, que tiene unos números que dan que pensar. En 2021, serán más de 500 millones de euros los que usará una ciudad como Pamplona en pagar la factura eléctrica. El 95% de ese dinero se irá fuera, en un modelo de dependencia externa volátil y cuyos cambios no se pueden controlar, ha insistido Zardoya.

En ese modelo alternativo cobran importancia las comunidades energéticas, algo que va a ir a más y en las que el Gobierno de Navarra, aseguró Ibarra, está encima. “Todos los edificios que no sean eficientes van a tener que ir dando pasos hacia ahí”, ha asegurado, al tiempo que ha puesto un ejemplo sobre la necesidad de ir instalando cada vez más calderas de biomasa.

"Tenemos que ir quitando posibilidades al coche, esto es así"

Buena parte de la exposición sobre movilidad ha corrido a cargo de González. Ha sido clara: en la ciudad que viene el coche va a tener menos protagonismo. Y se va a tener que legislar contra su uso. Esto es una realidad que Pamplona ya tiene constatada en experiencias de zonas de bajas emisiones, y que va a ir a más.

En ese debate, la baza de la salud “va a jugar a nuestro favor”. “La calidad del aire es un argumento que tenemos que potenciar, es fundamental que sepamos que lo que sacamos de los tubos de escape lo estamos respirando”, ha dicho, poco antes de señalar directamente al coche. “Tenemos que quitar espacio al coche, tenemos que ir quitando posibilidades a los coches de moverse libremente, esto es así”, ha zanjado Maribel González. “La ciudad no tiene solo que tener menos coches, sino aire más limpio, más espacio público, y los coches ocupan la gran mayoría del espacio”.

Y el cambio climático no se puede combatir si la sociedad no está totalmente involucrada. Ha insistido en esa idea Zardoya, que ha dicho que “esta ley es una oportunidad para tener una mejor ciudad, para generar economía, empleo, nuevos modelos, algo que ya vemos y que queremos de una forma más masiva”.

Y para ello hay que movilizar a toda la sociedad en torno a esto. “Si los objetivos los marcamos a nivel Gobierno o ayuntamientos, no los cumpliremos nunca”, ha asumido. “Necesitamos empresas, que nos están sorprendiendo por que cada vez se involucran más, pero tenemos que conseguir que la ciudadanía lleve a cabo un cambio en cada hogar, vamos a demostrar que las cosas funcionan”.