Llegar, marcar y ganar. Al más puro estilo ‘veni, vidi, vici’ Julen Pavón deleitó el viernes en Igeldea (Arre) al público del Avance en la primera victoria del conjunto rojinegro en la presente temporada. Como el Ave Fénix, resurgido de sus cenizas, hay mucho más detrás del hat trick que logró el delantero.
“La verdad que salió todo perfecto”, reconoce el ‘19’ rojillo que bromea señalando que “los goles no llegan siempre y parece fácil cuando un delantero mete tres, pero tiene que salir todo. Tienes que estar en todo momento centrado, pero que te lleguen tres goles, para la cabeza y para la mentalidad del equipo para afrontar los siguientes partidos, viene bien”. Una vez marcó el primer gol, Pavón dejó atrás los fantasmas de cursos pasados y reforzó su cambio de chip con el único objetivo de ayudar al equipo a regresar a Tercera RFEF.
Sobre su llegada al conjunto de Arre, el delantero apuntó que “es un ambiente que ya desde que firmé me habían dicho que mantenían la mayoría del bloque y eso dice mucho después de un descenso porque habría jugadores que seguro que tendrían equipos que les pretendieran de Tercera y ojalá eso se note para buscar el objetivo”. Ahora, el artillero juega de local en un campo al que siempre ha acudido de visitante y que califica como “peculiar, diferente al resto de césped naturales. Todo el mundo está cerca, la gente del pueblo viene a ver, conocemos las dimensiones, entendemos dónde puede caer el balón y eso para nosotros es mucho, sobre todo a la hora de atacar y de defender. Tenemos la estructura del campo cogida y para nosotros es más fácil”.
La llegada de Pavón al Avance, además, tiene el nexo de unión en su padre, Miguel Ángel. González, un mítico jugador de la década de los 90, compartió vestuario con Elías Tomé, precisamente el actual técnico de Julen. “Cuando volví estuve viendo dónde jugar. Me escribió Elías, que había firmado por el Avance y a ver si me iba con él. Siempre ha dicho que ojalá coincidiéramos y creo que es el momento perfecto para tomar la decisión”, detalla el jugador, que admite que su padre “no se lo creía” cuando le contó la decisión. “Le hizo especial ilusión”, añade.
"No me encontraba bien conmigo, no tenía las oportunidades que creía. Un jugador necesita jugar y eso afecta a la cabeza. No me sentía cómodo en el campo"
Así las cosas, y después de un año en Granada, vuelve a Navarra un Julen Pavón “mucho más maduro. El haber salido de casa me ayudó bastante y el haber conocido un fútbol diferente, como el andaluz, también. Futbolísticamente y personalmente hablando, salir de casa me ha ayudado mucho. Vuelve un Julen trabajador, tenga mejores o peores días, pero siempre va a estar ahí para el equipo y el objetivo, que es volver a Tercera”, se sincera.
Pavón analiza, tras su aventura por Granada, un fútbol andaluz “en el que se lleva más el jugar el balón, el tener más balón. Aquí en Navarra o en Igeldea es un fútbol de guerra, batalla, peleas, golpeos… y allá lo noté. Cuando en Málaga, por ejemplo, jugamos en un campo pequeño, de batalla, alguno me decía que estos eran mis partidos”. “Alguno del sur en el norte no se atrevería a pisar algún campo”, bromea.
Sobre su partido, Pavón desgrana que “al delantero le va a costar siempre el primer gol, luego lo demás va más fluido. Estaba con la cosa de ver cuándo rompía la racha y que cayera el primero, y luego otros dos, fue un golpe sobre la mesa a mi cabeza”. En cuanto a ese aspecto mental, el futbolista se abre y relata que “llevo dos años que no son buenos mentalmente y mi idea al volver era que necesitaba volver a disfrutar del fútbol y bajar a Autonómica no me supone nada. Quiero disfrutar del fútbol y hacerlo durante muchos años. Mi cabeza nunca me ha dicho que me esté equivocando por bajar de categoría, ha sido una ilusión para mí llegar a Arre y tratar de devolverle donde se merece”. En esos dos años mencionados, Pavón detalla que “no me encontraba bien conmigo, no tenía las oportunidades que creía. Un jugador necesita jugar y eso afecta a la cabeza. No me sentía cómodo en el campo. El salir de casa e ir a Granada me ayudó. Crecí bastante y fue un cambio de chip. Ahora a darle la vuelta a todo y después de lo que viví este fin de semana ojalá vaya todo mejor”.