Miguel Ángel Revilla estuvo este lunes, una vez más, en El Hormiguero, esta vez para promocionar su libro Toda una vida. Y, como siempre, el presidente de Cantabria contó anécdotas, como la del día que Pedro Sánchez hizo un sinpa y se fue sin pagar de un restaurante, dejándole a él la cuenta. “Espero que no le siente mal, pero yo pasé un momento muy jodido a cuenta de eso. Él me estaba muy agradecido porque cuando todo el mundo, sobre todo en el partido, se lo quería cepillar, todos a favor de Susana Díaz, yo le animaba y en los programas decía: ‘Pues a mí me parece que él está manteniendo lo que defendió en campaña, el no es no a Rajoy. Que no cuenten conmigo para cargarme a un tío contra el que no tengo nada’. Igual exagero, pero no creo: él ganó esas elecciones porque yo hice mucho trabajo en las televisiones defendiéndolo, porque se lo quería cargar todo Dios, desde el ABC a El País”.

Ese trabajo a su favor provocó una llamada de agradecimiento de Pedro Sánchez. “Cuando salió reelegido secretario general del PSOE me llamó y me dijo que quería tener un detalle, a ver si con Aurora iba a comer un día a su casa. A mí no me gusta ir a casas, porque es un incordio. A mi casa habrán ido dos personas en toda mi vida, y yo tampoco voy a otras casas. Entonces dijo que buscaría un restaurante y me invitaría”.

Chuletón y Ribera del Duero

Revilla le dijo que un sábado iba a estar en Madrid para participar en La Sexta Noche y quedaron para ese día, a las 14.00 horas en el Asador Donostiarra. “El vuelo se demoró 20 minutos y yo llegué a las 14.40. Pedro Sánchez ya estaba comiendo con una buena botella de Ribera del Duero y se había pedido un chuletón”.

Cuando la comida tocaba a su fin, en torno a las 16.30 horas, el líder socialista quiso marcharse en solitario. “Me dijo, con buen criterio, para que no nos hicieran fotos juntos, que salía él primero, cosa que ya no volveré a hacer nunca”, explicó, antes de llegar al “momento delicado”. Revilla esperó diez minutos tomándose un café y un chupito antes de disponerse a salir del restaurante tranquilamente. “Cuando ya estaba casi en la puerta me llaman: ‘¡Revilla, Revilla!’. Pensaba que me pedían una foto, pero veo que viene con una cosa blanca y era la factura. Todo el mundo mirando, otra vez Revilla el gorrón. Digo: ‘Pero si yo no he invitado ni reservado’. Me dicen que es verdad, pero que Pedro se ha ido sin pagar y alguien tiene que pagar”.

El sinpa alcanzó los 98,50 euros, algo que nunca le ha recordado el presidente cántabro al ahora presidente del Gobierno. “La primera vez es ahora. Hay dos opciones, o que se le olvidó o que esta gente está en un estatus en que es un honor que te inviten y pagues tú”, sentenció el veterano líder del PRC.