Con la llegada del otoño, uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en casa es el secado de la ropa.
Las temperaturas frías y la humedad nos obligan a tender dentro de casa, y eso puede convertirse en un problema: las prendas tardan días en secarse y aparece ese característico olor a humedad que tanto cuesta eliminar.
Cuando la ropa no se seca completamente, las bacterias y el moho encuentran el entorno perfecto para proliferar, especialmente en tejidos gruesos como las toallas o la ropa de cama.
Esto no solo produce malos olores, sino que también puede afectar la durabilidad de las prendas e incluso causar irritaciones en la piel. Por suerte, existen algunos trucos caseros que ayudan a acelerar el proceso y a mantener la colada fresca y sin olores.
El truco de una experta
Una de las soluciones más sencillas y efectivas la propone la experta en limpieza y creadora de contenido Lucía Lipperheide, conocida en redes sociales como @homes.styles.
Su recomendación ha causado sensación entre quienes buscan métodos naturales y económicos para mantener la ropa impecable: colocar un calcetín lleno de arroz, anudado en su extremo, junto al tendedero con la ropa mojada.
El secreto está en las propiedades del arroz, un excelente absorbente natural de humedad. Al colocarlo cerca del tendedero, este cereal actúa como un pequeño deshumidificador casero, captando parte del exceso de agua del ambiente y favoreciendo un secado más rápido.
Es un método ideal para quienes no disponen de deshumidificador eléctrico o quieren reducir el consumo energético en casa.
Para que funcione mejor, se recomienda usar arroz seco y un calcetín de algodón, preferiblemente fino, que permita que el aire circule con facilidad.
Coloca uno o dos calcetines en el área donde tiendes la ropa, sobre todo si es un espacio cerrado como una habitación sin ventilación directa. Cuando notes que el arroz se ha humedecido o apelmazado, cámbialo por arroz seco: es señal de que ha cumplido su función.
Trucos adicionales
Además del truco del arroz, hay otras prácticas que pueden ayudar a mejorar el secado de ropa en casa.
Tender la ropa inmediatamente después de lavarla, sin dejarla mucho tiempo en la lavadora, es clave para evitar la proliferación de bacterias.
También conviene dejar espacio entre las prendas, evitando que se amontonen, y abrir las ventanas durante unos minutos al día para ventilar el ambiente, aunque llueva.
Si se cuenta con un ventilador o un deshumidificador, su uso combinado con el truco del arroz multiplica los resultados.
En definitiva, aunque el mal tiempo complique las tareas del hogar, pequeños gestos pueden marcar la diferencia. Gracias a ideas como la de Lucía Lipperheide, es posible mantener la ropa limpia, seca y sin olores durante todo el invierno, sin necesidad de gastar más energía.