DEPORTE NACIONAL El beisbol goza de enorme fama y prestigio en Japón, pero el sumo es el deporte que cose su identidad y recoge sus tradiciones ancestrales. Los luchadores tienen un aura semidivina. Durante la segunda mitad del siglo XIX, en la época conocida como la Restauración Meiji y bajo el mandato del emperador Mutsuhito (conocido con el nombre póstumo de Meiji Tennō), cambió definitivamente de estatus. Japón se convirtió en el paraíso sagrado del sumo.

MITO O REALIDAD El ‘Kojiki’ es el libro más antiguo que se conserva sobre la historia de Japón (712 d.C). Entre numerosos mitos y leyendas, se encuentra el supuesto origen de este deporte milenario: hace 2.500 años los dioses se citaron en un combate de sumo con el que se fundaron las islas japonesas. Mito o realidad, el texto ejemplifica el simbolismo exacerbado de una lucha en la que sus participantes están imbuidos de un marcado acento espiritual. El sumo como guardián de asombrosa cultura nipona.

ARTE MARCIAL Empezó como arte marcial y con unas reglas muy distintas. Utilizado por los guerreros samuráis como método de ataque y defensa, las batallas eran extremadamente violentas. Se fue redefiniendo hasta llegar al modelo de duelo actual. En los países del alrededor existen estilos de lucha cuerpo a cuerpo y con vestimenta tradicional que comparten bastantes similitudes con el sumo. Se podrían considerar deportes hermanos a la lucha mongola, la lucha libre china o shuai jiao, y el ssireum coreano.

Y CEREMONIA RELIGIOSA La relación con el sintoísmo -junto al budismo, una de las dos religiones del país del sol naciente- es muy clara. El cuadrilatero o Dohyō evoca a un santuario, el árbitro va vestido como un sacerdote y los contrincantes se vuelcan en un larguísimo ritual previo: se purifica el suelo con sal, los ‘sumotori’ o ‘rikishi’ (luchadores de sumo) beben agua de un cazo, abren las palmas, esparcen arroz, clavan sus puños en el suelo, suben y bajan los pies con determinación, se miran fijamente, se retan…

UN SUSPIRO La mayoría de los combates no pasan de un puñado de segundos. Toda la riqueza que rodea a este particular deporte se difumina en un mecanismo extremadamente simple. El primero que se caiga al suelo o sea desplazado del exterior del círculo del ring es automáticamente eliminado. No se pueden dar golpes o tirar de los pelos. Las victorias se ejecutan con empujones y zancadillas.

HOMBRES DE PELO LARGO Inmovilista y muy chapado a la antigua, el sumo se excluye a las mujeres: no pueden participar en competiciones oficiales para preservar la “pureza” de la tradición. Es un deporte para hombres a los que se les obliga a llevar el pelo largo durante su carrera. Y las normas no se discuten. En el ámbito amateur las mujeres sí pueden practicar sumo. El sueño de las más de 300 luchadoras inscritas es que algún día puedan formar parte de la liga profesional.

EL PESO IMPORTA Uno de los aspectos más comentados del sumo es la gran envergadura de los participantes. Para entrar en este mundo se debe medir al menos 1,70 metros y pesar 75 kilos. Si no se supera este requisito el aspirante lo puede intentar más adelante. En las residencias de sumo (las ‘heyas’) ceban a los luchadores con una dieta hipercalórica, incluidas grandes cantidades de carne, grasas y alcohol. Cuanto más, mejor. Muchos de ellos acaban enfermos de diabetes. La alimentación está dirigida a ganar peso y mantener la masa corporal.

ESTRELLAS CORPULENTAS Futabayama ganó 69 combates seguidos entre 1936 y 1944, récord absoluto de victorias consecutivas en la historia del sumo. Sin embargo, el mongolés Hakuho, de 37 años, es el luchador más laureado de la historia con un total de 45 grandes torneos obtenidos entre 2007 y 2021, cuando anunció su retirada debido a una lesión en la rodilla que no remitía. Ha logrado más de 1.000 victorias en toda su carrera. Mide 1,94 metros y se calcula que pesa más de 150 kilos. Una bestia.

CONEXIÓN HAWAIANA El documental ‘Gigantes: Las leyendas del Sumo de Hawái’, estrenado en 2021, daba a conocer las historias de Konishiki, Musashimaru, Takamiyama y Akebono y su ascenso a la cumbre. Fueron los primeros extranjeros en llegar a lo más alto del sumo y dieron a conocer la peculiar disciplina en viajes por todo el mundo. ‘Giants’, en su versión original en inglés, también habla de la cara más oscura del sumo, un deporte extremadamente rígido y sacrificado.

UN LIBRO La obra ‘Sumo. La lucha de los dioses’ es el primer acercamiento escrito en castellano al deporte nipón. El periodista y comentarista Eduardo de Paz detalla la vida “feudal” a la que se ven sometidos los deportistas a lo largo de su trayectoria y aporta interesantes datos sobre los entrenadores, árbitros y la importancia del sumo en la cultura japonesa. Un universo muy cerrado y poco accesible al que de Paz trata de dar luz.