La idea la propuso el técnico Radomir Antic, que la había visto aplicar con éxito en el fútbol inglés: secar el campo con un helicóptero. Miguel Ángel Gil, director general del club, dio el visto bueno, y bastaron cinco horas de vuelo a muy baja altura para evaporar la gran cantidad de agua que se había acumulado en el césped y que amenazaba con ahogarlo.

La medida era tan inusitada que despertó una gran curiosidad por parte de los medios de comunicación, que acudieron al Calderón no sólo a tomar la llamativa instantánea de un helicóptero sobre el campo, sino a comprobar si, como aseguraba Antic, era un buen método para secar el campo.

El helicóptero estuvo durante la mañana y parte de la tarde volando sobre el terreno de juego y, al cumplir el objetivo, el Atlético de Madrid dio por bien pagado el alto coste -cinco horas a 100.000 pesetas (601 euros) por hora-.

Miguel Ángel Ruiz, secretario técnico del club colchonero, admitía los quebraderos de cabeza que tenía el Atlético con la hierba de su estadio: "El problema del césped del Vicente Calderón es que es muy húmedo. Por eso estamos haciendo un estudio con máquinas que ya han excavado y sacado tierra, para ver cuál es el problema e intentar solucionarlo".

Innovaciones

Rollos de césped natural

El césped de los campos de fútbol de los clubes profesionales se ha visto beneficiado en los últimos años por un gran número de avances tecnológicos, comenzando por los drenajes -el gran problema que tenía en esos años el Vicente Calderón- y continuando con los rollos de césped natural que se instalan de manera periódica -habitualmente, en cada pretemporada-, sustituyendo la capa superior de césped ya usado, lo cual permite además volver a nivelar bien el terreno para mejorar el drenaje.

Pero que el lector no vaya a pensar que secar un campo con un helicóptero es un método antediluviano: en una fecha tan reciente como agosto de 2007, la directiva del Colo Colo chileno se vio obligado a contratar un helicóptero para secar el césped del Estadio Monumental, porque sólo faltaban horas para jugar ante el Real Potosí de Bolivia, en un partido de la Copa Sudamericana, y una lluvia torrencial había dejado el campo hecho unos zorros.

Por tanto, cabe concluir que el uso del helicóptero siempre estará ahí como un recurso de última hora... para quien tenga dinero para pagarlo. En los clubes amateurs ya saben que poco más les queda que los colchones viejos de gomaespuma.