tolosa - La fuerza de Donato Larretxea se impuso al ritmo de Arria V en Tolosa. El navarro aventajó en 56 segundos al guipuzcoano y se embolsó así los 12.000 euros en juego en el coso tolosarra. Larretxea cortó en 47 minutos y 18 segundos los veinte kanaerdikos de la prueba -es decir 20 troncos de 1,25 metros de perímetro-, mientras que Arria V necesitó 48 minutos y 14 segundos. Una muestra de la dureza de la madera empleada es que el de Errezil solo necesitó 39:49 para realizar la misma labor en marzo ante Joseba Otaegi, y frente a Xabier Zaldua marcó un registro de 44:17.
El potente golpeo del navarro, de 55 años, marcó la diferencia en un desafío espectacular. Primero fue Donato Larretxea quien gozó de las primeras ventajas, luego Arria V, de 38, se situó en cabeza y al final, en un ajustado desenlace, el navarro se puso de nuevo por delante en el penúltimo tronco. El ajustado desenlace levantó de sus asientos a muchos de los cerca de dos mil aficionados congregados en Tolosa y, sobre todo, a los cientos de seguidores de Larretxea llegados desde Navarra. El público vibró con los dos aizkolaris y disfrutó de una de las apuestas más entretenidas de los últimos años. Una frase de un aficionado a la salida del coso podía resumir la satisfacción de los espectadores: “Ez gara alferrik etorri” (No hemos venido en balde).
la MADERA, CLAVE La colocación de la madera y el orden en el que los aizkolaris comenzaron su trabajo condicionó las primeras ventajas. Tal y como había anunciado, Arria V llevó a la plaza una madera dura, bastante más exigente que la de su rival. En cada fila de diez troncos, había cinco piezas de un aizkolari y cinco del otro.
Donato Larretxea comenzó a cortar su madera, menos dura, mientras que Arria V empezó a trabajar sobre sus piezas, las más exigentes. Así, las primeras ventajas fueron claramente para el navarro. El aizkolari residente en Bera completó sus cinco primeros troncos en nueve minutos y 17 segundos, mientras que Arria necesitó once minutos y 22 segundos para cortar sus primeras piezas. Sobre la madera, Larretxea estuvo como máximo un tronco por delante.
La apuesta se igualó cuando los dos aizkolaris se subieron a las piezas de su rival. Arria V se encontró una madera menos dura y fue limando las diferencias con Larretxea. Los dos aizkolaris coincidieron a la vez en el último tronco de cada uno de las dos filas y el guipuzcoano completó la mitad del trabajo con una escasa renta de once segundos sobre el navarro.
Por primera vez, Arria V se puso así por delante de su rival. La insignificante ventaja del guipuzcoano en el décimo tronco fue creciendo después. Y es que el aizkolari de Errezil acometió la segunda fila sobre los troncos menos duros, los de su adversario, y ahí aprovechó para sacar ventaja. A Larretxea, por el contrario, le tocó pelearse con los troncos de Arria V.
El aizkolari de Errezil mantuvo el mismo ritmo, frenético, durante casi toda la apuesta. Sin apenas levantar la vista de la madera y casi sin concederse descansos, con la regularidad de un motor diesel.
Larretxea, por el contrario, ofrecía claros síntomas de cansancio. El navarro se detenía un tiempo sobre cada tronco, bebía agua y espiaba de vez en cuando a su rival. El vencedor, sin embargo, destrozaba la madera con la potencia. Cada hachazo suyo hacía estragos en los kanaerdikos.
Cuando el guipuzcoano terminó con los últimos cinco troncos del navarro, los menos exigentes, acumulaba un tiempo total de 33 minutos y 55 segundos, mientras que el navarro cortó las cinco primeras piezas de su segunda fila dos minutos y dos segundos por detrás.
A pesar de su desventaja, al navarro le quedaban por delante los cinco troncos menos exigentes, mientras que Arria V tenía pendiente el material más duro. Larretxea, claramente cansado, se quedó más tiempo del recomendable tomando aliento sobre una de las piezas e Iruntxiberri, uno de sus ayudantes, le golpeó varias veces en la pierna para animarle a seguir.
Arria V sorprendió entonces al saltarse el primero de sus troncos. Posteriormente explicó que esa pieza era la más blanda de su lote y quería dejarla para el final. La estrategia, sin embargo, no le salió bien.
en el penúltimo tronco Larretxea, poco a poco, fue limando la ventaja del guipuzcoano y terminó por delante el penúltimo tronco (45.03). Los seguidores del beratarra rugieron de alegría y los ánimos para ambos aizkolaris atronaron por toda la plaza de toros.
Arria V terminó su penúltima pieza tan solo 28 segundos después de Larretxea y volvió al centro de su fila para cortar el tronco que se había saltado. Con los dos aizkolaris en la pieza final, el navarro esprintó y se hizo con la victoria.
Larretxea, totalmente exhausto, se apoyó en su hijo Oihan y en Iruntxiberri, para ir a celebrar el éxito con los suyos y saborear la alegría de haber ganado la que ha podido ser su última apuesta.
Tronco Larretxea Arria V
Primer kanaerdiko:1:241:56
2º:3:034:15
3º:4:596:28
4º:6:568:32
5º:9:1711:22
6º:11:3813.36
7º:14:0715:59
8º::16:4217:41
9º::19:2419:51
10º:22:1122:00
11º:25:0424:56
12º:27:4827:02
13º:30:3129:04
14º:33:0431:17
15º:35:5733:55
16º:38:3536:36
17º:40:4739:28
18º:42:4942:31
19º:45:0345:31
20º:47:1848:14