Hoy al mediodía se recordará en Alsasua a Emilio Iguzkiza, muerto hace 80 años por disparos de la Guardia Civil. Será a las 13.00 horas, en la calleja de la calle Garzia Ximenez que va a la iglesia, en el mismo lugar donde fue abatido. LLevaba en brazos a su hijo Justi, de 14 meses, uno de los cinco que dejó a su viuda, Francisca Otxoa. Tenía 43 años.
Nacido en Dicastillo, llegó a Alsasua para trabajar en la construcción de la carretera de Urbasa y se quedó a vivir en la villa. “Mi madre no me contaba nada de mi padre. Tenía que preguntar a otras personas que le conocieron y todos me decían que era muy buena persona y muy trabajador”, señala Justi Iguzkiza, que ha vivido añorando a un padre del que no guarda ningún recuerdo.
Sin padre, le tocó una vida dura. “Mi madre limpiaba casas, hacía colchones?Con nueve años comencé a trabajar cuidando yeguas en Salvatierra”, recuerda. “Pasamos mucha hambre. Me acuerdo de ver a uno comer un plátano y yo detrás esperando a que tirase la cáscara”, apunta.
“Emilio ya tiene su lugar en la historia de nuestro pueblo, una víctima más del periodo 1934-1950 de la memoria histórica y a su vez, una víctima más de la Guardia Civil”, señala Josu Imaz, Altsasu Memoria. “Ni parque de la memoria, ni prensa, ni organismos oficiales, nadie se había acordado de él”, observa. Al respecto, apunta que este año se están celebrando en diferentes zonas del Estado, en especial en Asturias, jornadas conmemorativas del 80 aniversario de la Revolución de 1934, contexto histórico en el que se produjo la muerte de Emilio Iguzkiza.
Imaz destaca que la huelga de octubre “fue una importante huelga general, un intento revolucionario consciente y decidido, orientado a terminar con el sistema capitalista y a sustituirlo por un régimen socialista”. Al respecto, señala que en Navarra casi el 50% de la población era campesina y sin tierras, las cuales estaban en manos de unos pocos. “En Nafarroa tuvieron lugar numerosas protestas y detenciones. En Altsasu, zona más obrera, se produjeron sabotajes a vías férreas y tendidos eléctricos, realizándose detenciones”, explica.
manifestación Precisamente, en protesta por estas detenciones, el día 8 de octubre, una manifestación recorrió las calles de Alsasua. Antes de finalizar, apareció la Guardia Civil, que detuvo a Constantino Salinas, concejal en aquel momento en el Ayuntamiento de Alsasua y hasta seis meses antes presidente de la Diputación de Navarra. Iguzkiza, que se encontraba en una acera con su hijo en brazos, protestó en voz alta por la detención de Salinas. “No hay derecho a esto. Ya podrán llevarle a un hombre entre cinco guardias civiles”, dijo según testigos, los mismos que contaron que un guardia civil le disparó a escasos metros. El pequeño Justi se quedó en el vientre de su padre y un vecino, José Zornotza, le recogió enseguida. Iguzkiza, malherido, intentó entrar en el bar Txoko, pero murió en la misma puerta de entrada. Fueron varios disparos. “Hasta hace poco que renovaron la pared donde se encontraban, se veían claramente dos agujeros por disparo de baila así como rasguños en la esquina como consecuencia de algún otro disparo”, apunta el hijo. Oficialmente murió por hemorragia interna sin especificar las razones.