marcilla - Una noche en una discoteca, después de haber esperado más de 20 minutos para que le sirvieran una copa, César Catalán, un emprendedor marcillés de 35 años, comenzó a pensar en algo que pudiera solucionar ese tipo de situaciones. Tres años después y tras muchos devaneos, investigaciones, reuniones y callejones sin salida, ha logrado sacar al mercado un novedoso dispensador electrónico de bebidas.
Se trata de una máquina que, desde una pantalla táctil, permite servir cientos de cócteles en apenas unos segundos con comodidad, exactitud y sin moverse del sitio.
En este caso, las botellas se colocan boca abajo con unos dosificadores y cuando se marca la bebida deseada en el ordenador, las botellas se iluminan. A partir de ahí, unas bombas aspiran el líquido que va hasta el dispensador y de ahí al vaso. Cada licor, puntualiza Catalán, sale por un tubo independiente para no alterar su sabor y las bebidas únicamente se mezclan al final del proceso, momento en el que el camarero solo tiene que añadir los hielos. “A la gente le sorprende el producto final y sobre todo su rapidez. Las medidas me las han dado personas expertas del mundo de la hostelería y además he acudido a muchos cursos para ver y experimentar las necesidades y los problemas reales con los que ellos se enfrentan a diario”, insiste el inventor.
La primera prueba la hizo en el restaurante Marisol de Cadreita y el resultado fue tan exitoso que ya ha comenzado a cerrar acuerdos con grandes distribuidoras de bebidas y varias empresas. “Me gusta emprender y siempre estoy dándole vueltas a las cosas, viendo cómo se podrían solucionar o mejorar cuestiones que muchas veces nada tienen que ver entre sí”, añade.
Los negocios hosteleros tienen un importante margen de mejora, de acuerdo con este marcillés, y de ahí la idea de llevar a la práctica este dispensador que, de momento, está pensado para lugares con grandes terrazas y restaurantes puesto que, comenta Catalán, “en nuestra cultura todavía no está muy arraigada la tradición coctelera, somos más de salir a un bar o discoteca y tomar un combinado”. A pesar de esto, asevera que el dispensador también puede servir cubatas con la misma rapidez y eficacia que los cócteles más elaborados del mercado.
Las ventajas Este joven marcillés reconoce que el dispensador cuenta con una serie de ventajas muy importantes para el sector de la hostelería. Destaca la eficiencia, puesto que “evita que el camarero se desplace por la barra, por lo que el rendimiento de cada empleado se incrementa notablemente, y los pedidos, incluso el más elaborado, se pueden servir en menos de diez segundos”.
Además, explica, “el dispensador mejora la optimización de los productos ya que con la medida exacta de cada bebida se aprovecha al máximo cada botella”. De acuerdo con Catalán, esto puede suponer hasta un 16% de ahorro en licor porque el desaprovechamiento y el exceso desaparecen.
La calidad de los cócteles, continúa explicando, “siempre es perfecta”, puesto que cada producto sale por un tubo específico, cuenta con depósitos de cristal y con conductos certificados para que no adquieran sabor en el transcurso. Además, asegura César, las medidas siempre son exactas y cada establecimiento puede establecer las suyas.
Por otro lado, el aparato cuenta con un sistema de recogida de datos que permite conocer con precisión cuáles han sido las copas más pedidas, en qué horario y cuál ha sido el camarero más eficiente, entre otras cuestiones. Además, el dispensador apenas genera suciedad y es muy fácil de limpiar.
comercialización El producto no tiene un precio fijo ya que, de acuerdo con César Catalán, cada dispensador puede ser diferente y puede estar personalizado. Es decir, pueden variar tanto las estaciones de servicio como el número de botellas y la propia estructura de la barra.
En este momento, además, para que los establecimientos puedan comprobar la eficacia de su producto, puesto que Catalán reconoce que “es difícil imaginárselo cuando te lo cuentan”, ha decidido alquilar el dispensador con opción a compra. En este caso, él mismo lo instala, imparte la formación necesaria y cobra una cantidad de dinero por cada cóctel servido.
otras invenciones Este marcillés, inquieto y resolutivo, también ha inventado una cámara frigorífica en la que los camareros “tienen todo lo que necesitan al alcance de su mano”.
En este caso, la cámara cuenta con departamentos en los que, además de los licores, los trabajadores pueden encontrar los hielos, los refrescos e incluso los propios vasos. La idea es que los camareros tengan que moverse lo mínimo por la barra. De hecho, Catalán pone un ejemplo práctico y asegura que si cada empleado ahorrara dos segundos por minuto en poner un cubata en un turno de cinco horas, ese local podría facturar 3.000 euros más al año.
Después de muchos meses de reuniones, entrevistas y cursos, Catalán se muestra satisfecho con el resultado pero reconoce que es muy difícil emprender. “Las ideas las puede tener cualquiera, el problema es ejecutarlas. Es complicado porque estás solo, nadie te conoce y necesitas mucho dinero. Ya no estamos hablando de que no recibes ayudas o subvenciones, sino de que tienes que invertir mucho dinero de tu bolsillo si quieres que la cosa siga hacia adelante”, señala.
Aunque César Catalán comenta que de momento se va a centrar en potenciar los productos que ya ha patentado, lo cierto es que reconoce que “estaré continuamente viendo cómo mejorarlos y cómo atender la demanda”.