pamplona - Comenzó a funcionar hace 4 años en Hungría y desde entonces se ha desplegado a lo grande por las principales capitales europeas. Ellos conocieron el room escape en Barcelona en 2013. Cuentan que acudieron por curiosidad a una actividad que ofrecía una sugerente mezcla entre diversión y aprendizaje, en la que debían ser capaces de encontrar las claves ocultas del juego poniendo solo en acción sus habilidades deductivas.

No lo lograron, pero salieron tan impactados de lo que experimentaron en aquel tugurio de mala muerte de la Ciudad Condal que allí mismo tomaron la firme decisión de poner en marcha uno de estos centros en Pamplona en cuanto les fuera posible.

Desde entonces Patricia Serrada, Xabier del Coso, Isabel Muñoz, Fermín Ciáurriz y Javier Carrica se han dedicado a conocer, estudiar y adaptar conceptos que han ido conociendo en los centros de este tipo por media Europa, comenzando por la cuna del escape room, en Budapest donde proliferan, hasta dar con la idea que mejor se ajustara a los gustos del público pamplonés.

Después de tres meses de obras en un piso del número 1 de la calle Calderería, de una inversión relativamente importante (25.000 euros) y de un derroche de trabajo e ilusión que se percibe nada más entrar a su local, el Wayout Room Escape Pamplona abrirá hoy por primera vez sus puertas a todos aquellos interesados en conocer una experiencia pionera en Navarra. Los test de prueba de estos últimos días han venido a confirmar sus mejores previsiones e incluso han grabado un vídeo promocional para dar a conocer la actividad.

Su dinámica es sencilla. Es un juego de escape en grupo, de dos a cinco participantes que deben descubrir de forma conjunta los enigmas desperdigados en una habitación cerrada. Con una temática concreta -un profesor que necesita ayuda para escapar y salvar a la humanidad- una clave conducirá a los jugadores a otra y después hacia otra y así sucesivamente hasta lograr descifrar, solo en el caso de los más ingeniosos, todas las pistas ocultas. Así por ejemplo, una fotografía de Michael Jordan o un cuadro pueden esconder la clave para salvar al científico.

Con un decorado de lo más cuidado y perfectamente integrado en la temática del juego, lo que suceda después forma parte de las incógnitas que los promotores del proyecto mantienen reservadas para sus clientes, que dispondrán de 60 minutos para poner en acción todas sus habilidades deductivas y perceptivas durante el juego.

labor de equipo y lógica “Resulta fundamental la labor de equipo, comprender que los objetos situados en la habitación pueden tener alguna relación con lo que buscan y pensar cómo pueden ayudarte en la misión”, comentó Del Coso.

Aunque parezca una forma un tanto peculiar de pasar un buen rato con los amigos, el escape room tiene un origen científico. Un psicólogo de origen húngaro y de apellido impronunciable, Mihály Csíkszentmihályi, desarrolló este tipo de actividades lúdicas a través de la llamada teoría del Flow, relacionada con el aprendizaje a través de los juegos y la teoría de la felicidad. Para alcanzarla, señala dicha teoría, el individuo debe alcanzar un equilibrio entre el desafío de la tarea y la habilidad que precisa. Si la tarea resulta demasiado fácil o demasiado difícil, el fluir no podrá presentarse y se aburrirá, pero si hay un equilibrio entre las habilidades y los retos que se plantean, se entra en un estado mental, o flow, y por tanto, de entretenimiento máximo. “El tiempo vuela y las acciones, movimientos y pensamientos se desatan y vienen unos tras otros”, añadió Patricia Serrada, que será una de las encargadas de atender a los clientes.

Está pensado para jugadores de cualquier edad y los precios van de los 60 euros para los grupos de cinco personas, a 55 euros para los de cuatro, 50 euros si son tres participantes y 45 si son dos.

Antes de entrar se ofrecerá a los clientes una detallada explicación de lo que se van a encontrar y cuentan con cámaras instaladas en la habitación donde se desarrolla el juego que permiten hacer un seguimiento de los participantes, con la posibilidad añadida de darles alguna pista por si se atascan durante la actividad.

También tienen previsto dar a su proyecto una dimensión formativa dirigido sobre todo a empresas que tengan necesidad o la costumbre de formar a sus trabajadores en estos campos, como puede ser el team building o el liderazgo incluso en los procesos de selección de personal.