Siempre fui, soy, y seré, consciente de que el maratón es una prueba muy compleja: hay que quererla, respetarla, mimarla y, por supuesto, obrar en consecuencia. Es decir, saber pasarte al maratón en el momento adecuado, entrenar duro y trabajar con el convencimiento de que todo esfuerzo merecerá la pena. Yo, he tenido la suerte en esta especialidad de seguir los consejos y la planificación de Abel Antón, toda una referencia en la distancia, algo que lo da el ser bicampeón del mundo de maratón y uno de los mejores españoles en la historia de la distancia y de contar con la total confianza del New Balance Team, una firma que también confía plenamente en mí (algo que es totalmente recíproco) y a la que le estará eternamente agradecida por lo que suponen en mi carrera deportiva. También tengo el apoyo de mis compañeros de entrenamiento y, por supuesto, de Nacho, quien me entiende y me apoya y me ayuda en entrenos y en carreras.(...) Desde que comencé la preparación específica para el Maratón de Sevilla (campeonato de España y aduana para poder ir a Río de Janeiro), sentí que tenía que enfocar todas mis energías en los entrenamientos, en el descanso, en llegar bien al día de la competición. (...) Aunque he podido estar o parecer ausente, he podido percibir todo vuestro apoyo, vuestro cariño, vuestros mensajes de apoyo. Me resulta increíble y espectacular darme cuenta de que hay tanta gente que intenta animarme y mostrarse su apoyo y cariño en la consecución del sueño olímpico ? y llegó el tan esperado 21 de febrero. (...) Resulta impresionante lo que sientes por todo tu cuerpo cuando ves que has cumplido la misión, el objetivo. Por poco, pero ahí queda. La alegría era inmensa, tan grande que se te olvidan los dolores de piernas, la fatiga por el enorme esfuerzo, el cansancio de estar más de dos horas y media corriendo a ritmos tan elevados para este tipo de pruebas.

* Extraído de ‘59 minutos no son una hora’