Episodios municipales
las casas más antiguas del Valle de Baztan, al igual que en todo Euskal Herria, son las que se conocen en lengua vasca por dorrea, palabra que procede del latín turris (torre) y responde a esa definición en todos los sentidos. Son altas torres construidas en piedra sobre una base estrecha y con un claro objetivo defensivo. Y en torno a ellas y a la protección que podían ofrecer, fueron construyéndose de acuerdo con las necesidades, usos y costumbres, todas las demás.
Si se observan estas edificaciones y la decoración externa en sus aspectos más originales, no se encuentran en ellas ninguna clase de lujos. Sólidas paredes, huecos estrechos (saeteras) por los que disparar flechas con las que defenderse y ofrecer las mínimas posibilidades de ser alcanzado por cualquier ataque, y el techo, de forma piramidal, apenas sobresalía un pie (al menos de un metro) de la pared exterior y casi todos, contra lo que pueda creerse, para acceder disponían de una escalera lateral fabricada en madera con objeto de incendiarla y eliminarla en caso de una agresión exterior.
Estamos en los albores de los siglos XI y XII, quizás antes, nos lo podría aclarar el padre Germán de Pamplona, capuchino en Lekaroz, cuyas investigaciones sobre la protohistoria de Baztan con él duermen el sueño del olvido hasta que alguien surja para continuar su labor. “La necesidad de hallarse seguro mientras descansaba obligó al hombre a habilitarse la primera habitación que le sirviera de refugio. Mas pasaron años y años antes que las sociedades adquiriesen estabilidad y se fijasen de un modo permanente en determinados lugares. Fue verdaderamente entonces cuando nació la casa y cada día que pasaba iba atrayendo más la atención del hombre, hasta devenir con el tiempo uno de los productos humanos más complejos y expresivos”, afirma y acierta en su La casa navarra Leoncio Urabayen.
En la Edad Media era necesario un permiso para construir estas edificaciones, que, ni de lejos, eran las clases más bajas, parece como que no hemos avanzado mucho en ese sentido. Y la vecindad no agradaba, tanto que el señor de Ursua censurará al de Bergara “urbixko etorri zara” (demasiado cerca has venido) y distan unos 6 kilómetros.
Quedan todavía muy lejos la casa solariega, el caserío y la borda, y la formación misma de los pueblos con sus gentes habitando y buscando protección en torno a los señores de estas casas-torre a quienes servían en la mayor parte de los casos. Falta mucho todavía para que, como dice Camilo José Cela en su Breve teoría de la casa y otros desordenados pensamientos en torno al orden, para que “del amor del hombre con la tierra nace la casa, esa tierra ordenada, esos muros de buen concierto en los que el hombre se guarece, cuando la tierra arde, para seguir amándola”.
javier marías “¿donde he escrito yo eso?”
“No sé si vale la pena explicar algo, dado cómo lee hoy mucha gente, o cómo decide leer, y atribuirle a uno lo que no ha escrito en absoluto”. Javier Marías (Madrid, 1951) es un escritor, traductor, editor y miembro de número de la Real Academia Española.
Agencia de Negocios. “Se compraban a bajo precio medicamentos, carnes, hules, frutas, mariscos, coronas fúnebres, dentaduras postizas, sombreros de señora; se analizaban esputos y orinas; se buscaban amas de cría garantizadas; se proporcionaban apuntes de asignaturas de Derecho, de Medicina y carreras especiales; se ofrecían capitales, préstamos, hipotecas; se ponían anuncios monstruosos, sensacionales, emocionantes, y todos
estos servicios y muchísimos más se hacían por una tarifa mínima, ridícula de puro exigua” (La lucha por la vida II. Mala hierba, Pío Baroja).
Revuelo en Portugal. Fuentes no oficiales, generalmente dignas de todo crédito, apuntan a un creciente descontento entre la ciudadanía, incrementado a raíz de la destitución el pasado febrero del general Antonio de Spínola que, al parecer, trataba de cambiar la política portuguesa en las guerras coloniales de Angola y Mozambique. El presidente Marcelo Caetano, sucesor de Oliveira Salazar, ha ordenado a la Polícia Internacional e de Defesa do Estado (PIDE) intensificar la vigilancia para abortar cualquier intento de reforma política.