en abril del año 1835, en el transcurso de la I Guerra Carlista, tuvo lugar la conocida como la Batalla de las Améscoas, que enfrentó durante cuatro jornadas, del 20 al 23, a las tropas liberales y carlistas. Dice la historia que el general en jefe del ejército liberal, Jerónimo Valdés, se presentó en Kontrasta (Álava) con 20.000 hombres con la intención de desalojar a los carlistas de las Améscoas, la guarida de Zumalakarregi.

No obstante, estos lograron reunir a 5.000 hombres y, favorecidos por el terreno agreste, lograron bloquear al enemigo primero, hostigarle después y, finalmente, conseguir que se retirase hacia Estella totalmente derrotado, con cientos de muertos, heridos, prisioneros y también desertores.

Toda esa batalla, incluidos un puñado de caballos y un cañón que hizo retumbar la ciudad durante buena parte de la tarde, se representó ayer, por tercera ocasión en los últimos años, en el parque de Los Llanos de Estella, que durante todo el fin de semana está acogiendo actividades relaciones con la recreación histórica de la época.

Alrededor de un centenar de figurantes simularon aquel épico capítulo de la Primera Guerra Carlista que, como explicó el director del espectáculo, José Mari Tuduri, fue muy importante. “La batalla de las Améscoas tuvo una importancia vital, ya que es el momento en el que se le da la vuelta a la tortilla y el carlismo empieza a ganar la guerra, aunque después volvería a perderla”.

Así mismo, recordó la conferencia sobre la figura de Henningsen, testigo presencial de la batalla, que hubo el viernes en el Museo del Carlismo. “Como epílogo de la Batalla de las Améscoas comenta que 32 bancos quebraron en Londres al salir derrotados los liberales, ya que funcionaban con dinero inglés. Para que vea la gente que una cosa que ocurrió aquí en la sierra, y que parece que es cosa de cuatro aldeanos, tuvo una importancia internacional mayor de lo que se cree”.

Tuduri también puso en valor la apuesta que se está haciendo por la recreación historia. “El salto que hemos dado (respecto a ediciones anteriores) es muy importante en cuanto a nivel organizativo pero hay que continuar y perseverar”, dijo.

En la actividad participaron diferentes colectivos y aficionados de la zona. Tomaron parte Andia Kultur Elkartea (Tolosa); Artilleros de Aragón; Recreación Histórica Cultural de Asturias; Asociación Histórico Cultural Voluntarios de Madrid 1808-1814; Amigos del Museo Militar de Burgos; Recreación Histórica Batalla de Vitoria 1813; Asociación Cultural Urgull Histórico (Donostia); 31 de agosto (Donostia); Blas de Lezo Elkartea; Banda de Pífanos y Tambores de la Cofradía Anaka (Irun); Caballistas del Alto de Muru; Guardias Reales Españoles (Madrid); Kaionetan Elkartea (Donostia); Manuel Larramendi Kultur Bazkuna (Andoain); y Voluntarios de Aragón.

Entre los participantes estaban los hermanos Imanol y Pablo Sánchez, de Beasain, que debutaban ayer en estos espectáculos. “Un amigo nos dijo que necesitaban gente y nos animamos. Parece muy divertido, aprendes y conoces gente; es una forma distinta de pasar el fin de semana”.

También era nuevo el pamplonés Edorta Rubio, un gran aficionado a la historia militar y que recordó la importancia que las recreaciones históricas tienen en otros países, como Estados Unidos, por ejemplo.

hoy, despedida La actividad sigue hoy a las 11.00 con una visita guiada al campamento de Los Llanos (donde hay aficionados durmiendo el fin de semana) y a las 12.30 con la representación de una batalla en el puente de la Cárcel (huida de los liberales hacia el centro de Estella). También tendrá lugar la entrega de un estandarte por parte de la princesa Beira a los carlistas (13.15) y un avance de las tropas. El acto final de la recreación será a las 14.00 horas en la plaza de los Fueros, representando la huida del ejército liberal.

El evento está organizado por el área de Turismo y Cultura del Ayuntamiento y por el Museo del Carlismo con un presupuesto total de 12.000 euros (7.000 aporta el Consistorio y 5.000 del Museo). Se organiza cada dos años.