Ahora que se aproxima el final de esta legislatura municipal, uno echa la vista atrás y ve que se ha caracterizado sobre todo por el ya famoso Asunto Oncineda. Lo que parecía ser un proyecto ambicioso, quizás demasiado ambicioso, para dotar a Estella de un área deportiva fantástica; por falta de cuidado, previsión y realismo se convirtió en una pesadilla que ha amenazado como espada de Damocles el futuro de nuestra ciudad a lo largo de estos últimos años. Parece que afortunadamente la cuestión se está reconduciendo de un modo asumible y que este asunto, que ha marcado los últimos años la vida municipal, ya se va encauzando. Está bien que nos congratulemos por ello, que se vayan dilucidando responsabilidades y que reflexionemos sobre lo ocurrido, pero no debemos quedarnos ahí. Estella y su comarca siguen necesitando un área deportiva de nivel. En estos tiempos la sociedad exige unas instalaciones de calidad, pues el deporte y el ocio son elementos importantes en la vida de las gentes, más incluso en esta zona, donde hay una tradición deportiva considerable. En la actualidad, poseer unas buenas instalaciones donde hacer ejercicio y tener esparcimiento puede ser decisivo para hacer de un sitio un lugar atractivo en donde vivir. Me gustaría que en los próximos meses los partidos que aspiran a representarnos en el Ayuntamiento se plantearan de una forma tranquila y con ánimo constructivo un proyecto de zona deportiva para nuestra ciudad, que no tendría necesariamente que completarse de golpe, sino que pudiera desarrollarse a lo largo de los años, a través de diferentes ejercicios presupuestarios y tratando de recabar ayudas supramunicipales. Unas piscinas de calidad, sin por ello prescindir de las del Agua Salada, y unas canchas de tenis y voleibol, por ejemplo, deportes susceptibles de desarrollarse aquí, podrían convertirse en un activo de interés para las gentes de Estella, Merindad y visitantes.