mendigorría - Natxo Goñi y Yara Vidart quieren que su hijo pequeño no pierda los conocimientos en euskera, el idioma que habla con su padre en casa y que practica en la escuela infantil bilingüe de Mendigorría. Irai, que cumplirá tres años en diciembre, ha convivido con el euskera. “Lo que queremos es que siga con la educación bilingüe en el colegio, no queremos que pierda todo lo que ya sabe”, explica Yara Vidart, su madre. “Cuando tuvimos que matricular a nuestra hija mayor -ahora va a 1º de Primaria - ya intentamos que se abriera el modelo D en Mendigorría pero no lo conseguimos porque faltaban solicitudes para llegar al número exigido”, comenta Natxo Goñi, que argumenta que en las escuelas rurales los ratios “no tienen sentido”. “Exigen un mínimo en los pueblos como en Mendigorría, mínimos que no son reales porque cada quinta puede variar mucho, no es justo pedir un mínimo de ocho niños aquí”, comenta Yara Vidart. En su día, con su hija mayor, Yara y Natxo priorizaron la escuela del colegio y sacrificaron el modelo D. Ahora esperan no tener que hacerlo y confían “en que finalmente se instale la nueva línea en el pueblo”.

“Son todo decisiones políticas, si les interesa el euskera dirán que sí y si no les interesa, dirán que no aunque fastidien a las familias”, recalca Natxo.