- El verano ha empezado más tarde de lo usual para el bar del Molino San Andrés, en Villava. Este espacio de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, además de centro de Información y Educación ambiental que ofrece visitas guiadas y acoge diferentes exposiciones, también dispone de un servicio de bar y terraza.

Javier del Valle es uno de los tres camareros del Molino, que ahora está gestionado de la mano de la empresa Intro Comunicación. Es la primera vez que Javier participa en este establecimiento, ya que antes de la pandemia trabajaba como profesor de inglés en el Centro Navarro de Aprendizaje de Idiomas (CNAI). Cuando comenzó la cuarentena los programas de inglés se eliminaron, por lo que se quedó en el paro y decidió buscar otra cosa, “no me dedico a la hostelería, pero sí que he trabajado alguna vez en este sector así que dada la situación me dieron la oportunidad y me animé”, comentó Javier.

Javier ya había trabajado en el sector hostelero en otras ocasiones de manera puntual aunque reconoce que “era muy diferente, no teníamos que estar desinfectando continuamente, es un incordio, pero yo ya lo hago sin pensar porque es necesario para mi salud y la de todos, al final el higienizar se ha convertido en una nueva costumbre que hemos adoptado e interiorizado”, explicó el camarero. Desde Intro Comunicación aseguraron que en El Molino tienen muy presentes las medidas de seguridad que hay que respetar, así como el aforo máximo. En las mesas han puesto unas instrucciones para que los clientes sepan cómo tienen que acceder a la barra al hacer sus pedidos y para poder consultar la carta tendrán que hacer uso de un código QR. “Para la mayoría de los hosteleros el mayor enemigo es la mascarilla, tanto para nosotros porque es incómoda y a veces no facilita la comunicación con los clientes como para ellos, porque alguno todavía es reticente a usarla”, agregó Javier.

El Molino de San Andrés cuenta con un espacio muy abierto y tranquilo por lo que antes de la pandemia ya había una separación de más de 1,5 metros entre las mesas. “No hemos tenido que adaptar mucho el aforo. Ahora contamos con 68 sillas fuera y 18 dentro, pero todo el mundo prefiere estar fuera a la fresca en verano”, explicó Igor Rico, responsable de comunicación de Intro Comunicación. A pesar de que el lugar no haya cambiado mucho tras el coronavirus, también han tenido que adaptarse. Antes ofrecían música en directo, diversas actividades y visitas guiadas que han tenido que ser suspendidas, pero “estamos esperando a que nos den el visto bueno para poder contar con un disc jockey los viernes y sábados y retomar las actuaciones en directo”, detalló Javi Oreja, gerente de Intro Comuniación.

En estos momentos El Molino tiene disponibles dos exposiciones los fines de semana, por un lado “El cambio climático no tiene gracia II”, esta muestra es la segunda edición de un proyecto de la revista Ballena Blanca que arrancó en la Cumbre del Clima de París en 2015, donde viñetistas de todo el mundo dibujaron cómo veían la emergencia climática en diferentes países, y por otro lado, cuentan con “exposición ‘Naturaleza Navarra VIII’” en el que presentan las fotografías ganadoras del VIII Concurso Fotográfico de Naturaleza Navarra.

El Molino de San Andrés abrió hace 3 semanas. “Ante la situación postpandemia estamos trabajando bien, este sábado y domingo tuvimos muchísima gente y casi no dimos abasto”, señaló Javier del Valle.Desde el bar explicaron que la acogida por parte de la gente de la zona ha sido bastante buena.

“Es nuestro primer mes, pero dentro del aforo que hay, casi todas las tardes estamos teniendo la terraza llena, está teniendo muy buena aceptación y esperamos que se mantenga así todo el verano”, agregó Javi Oreja.

El Molino de San Andrés estará abierto hasta finales de septiembre o incluso hasta mediados de octubre. “Estamos en una incertidumbre constante, porque lo que nos da miedo es pensar en cuánto tiempo vamos a aguantar así, no a título personal, sino a nivel de hostelería, porque con los rebrotes nos pueden volver a encerrar a todos y bajar la persiana de todos los bares. Si nos vuelven a confinar no sé qué podrá pasar con el sector de la hostelería”, subrayó Javier con preocupación.

“Para los hosteleros el mayor enemigo es la mascarilla, porque es incómoda y no facilita la comunicación”

Camarero del Molino de San Andrés